El Athletic Club encarrila la séptima plaza tras ganar por 3-1 a un Celta que no supo reaccionar ante el arreón inicial de los locales. Los de Garitano se pusieron por delante cumplido el cuarto de hora con un doblete de Raúl García en cosa de dos minutos y los vigueses parecieron olvidarse del partido a la espera de lo que ocurriera en otros campos. Así, el conjunto celeste deja los deberes por hacer para la última jornada, aunque con las cosas muy de cara para sellar la permanencia ante el Rayo Vallecano en Balaídos y darle una alegría a los cientos de aficionados celtiñas desplazados a Bilbao.

El partido comenzó con un Celta que salió a por el partido, tanteando el área rival por medio de sus delanteros. Tan solo 4 minutos después del pitido inicial, Maxi Gómez cabeceó el balón al fondo de la portería tras un centro lateral de Brais Méndez, pero el VAR acabaría anulando el gol por fuera de juego del uruguayo.

Los leones replicaron con un tiro de Beñat que hizo emplearse a fondo a Rubén Blanco. Tras varios minutos de dominio local, Maxi volvió a avisar con otro cabezazo que se marchó por encima de la portería de Herrerín en lo que sería prácticamente la última ocasión de los vigueses.

Tres minutos de locura

En el minuto 14 y cuando el Celta parecía dominar el encuentro, Araújo cometió penalti sobre Muniain y Raúl García anotó el 1-0 desde los once metros. El de Pamplona engañó al portero con un tiro centrado y, tan solo dos minutos después, firmó su doblete tras rematar a placer un pase del propio Iker Muniain para noquear a los de Escribá. Estos intentarían responder al asedio local por medio de varias internadas de Lobotka, que realizó una gran primera parte, y por centros laterales que nunca llegaron a destinatario.

Rozando el 39', Lucas Olaza envió un pase forzado a Rubén Blanco que no supo despejar con claridad, entregando el balón a Iñaki Williams que marcó el 3-0 a placer y acabó de hundir a un Celta, que miraba más por los resultados de los demás partidos que había en juego que por el suyo propio.

Descanso sin cambios

Volvió a rodar el balón y los celestes se hicieron con el dominio del juego, aunque sin ser capaces de superar con claridad la primera línea de presión bilbaína. No fue hasta el 62’ que Fran Escribá movió ficha en el banquillo dando entrada a Boufal por Maxi Gómez para el asombro de los aficionados vigueses, ya que todo el material ofensivo visitante llegaba a base de centros laterales que buscaban presumiblemente al 'charrúa'.

Con el balón rifado entre ambos equipos llegó el segundo cambio del Celta. Okay dio paso a Jozabed en el minuto 71’ con el que sería el primer trueque ofensivo de los gallegos. El partido siguió sin ocasiones para ningún conjunto y solo la entrada al verde de Susaeta en el que fue su último partido en San Mamés después de 12 temporadas en el club fue capaz de levantar a la grada.

Iago Aspas y Yuri pugnando un balón. | Fuente: LaLiga
Iago Aspas y Yuri pugnando un balón. | Fuente: LaLiga

Maquillar el resultado para seguir liderando el Zarra

A 10 minutos del final, Iñaki Williams marcó un gol tras pase de Capa que anuló el VAR por fuera de juego del lateral vasco. El propio Williams saldría del campo por Aduriz, que sería protagonista siete minutos después por provocar un penalti con la mano. Iago Aspas, que había sido empatado por Borja Iglesias en su particular lucha por el Trofeo Zarra, marcaría la pena máxima 'a lo panenka' en lo que fue la última acción reseñable del encuentro.

Así los leones se ponen con tres puntos más que la Real Sociedad y les vale el empate en la última jornada para sellar la séptima plaza. En cambio, el Celta se deja los deberes por hacer pero pone a tiro la permanencia, pues pese a que Villarreal, Valladolid y Levante están matemáticamente salvados, la remontada levantinista al Girona hace que tengan que esperar la derrota de los vigueses y ganar superando la diferencia de goles entre ambos que se encuentra a +6 a favor de los gallegos.

Iago Aspas analizó la derrota como un mal partido pero asegura que la derrota de los catalanes “dentro de lo malo es una buena noticia”.