Era un secreto a voces, pero también era de imperiosa necesidad aclararlo. Joaquín Caparrós, al verse incapaz de cumplir el objetivo primordial del Sevilla y en consenso con el club, pone fin a su tercera etapa -quién sabe si definitiva-, al frente del banquillo de Nervión. No obstante, no se despegará ni un milímetro de su pasión, pues seguirá inmerso en el organigrama del club y ha sido el del Simba su postrero partido.

El natural de Utrera ha catapultado al equipo de sus amores al estrellato, llegando a salvarle los muebles en su segundo periodo la pasada campaña con una agónica entrada en Europa. Pero este año, con una plantilla prácticamente construida por él y sorprendido por la leucemia a mitad de curso, no obró el milagro de meterse en Champions y por ende, se abre la veda para encontrar su sustituto y levantar un nuevo Sevilla que haga soñar a sus aficionados.

Muchos son los técnicos que se postulan para ocupar uno de los banquillos más codiciados a lo largo y ancho del continente, mas por encima de infinidad de nombres, sobresalen los de hombres con una dilatada experiencia como Rudi García, Di Francesco o el último que ha salido a la luz, Julen Lopetegui. Todos ellos tienen el reconocimiento del mundo del fútbol, pero está en la mano de Monchi elegir al capitán del trasatlántico llamado Sevilla FC. El aficionado hispalense tiene plena confianza en el 'León' de San Fernando, pues ha sido uno de los tantos artífices de la dorada época de esta entidad, que curiosamente desde que el gaditano puso rumbo a Roma ha ido a menos. 

¿Habría sido otra la historia si Caparrós estuviese sano al 100% y hubiese introducido al Sevilla en Champions? Hasta la definitiva decisión de buscar otro entrenador, la opción de que el utrerano se hiciese cargo del proyecto 2019-20 no se descartaba, pero Monchi -que parece que ya tiene plenos poderes-, ha optado por derrumbar los rescoldos de la 2018-19 y erguir un equipo desde la base, es decir, el entrenador.

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