Otra noche grande la vivida en La Rosaleda en una nueva jornada liguera donde la comunión entre afición y equipo se va forjando hasta límites insospechables. Es como si el equipo hubiese estado durante un largo periodo de tiempo dormido, en un sueño atrapado donde se encontraba agarrotado sin poder salir y ver ninguna luz que le guiase. Que sirva este símil a la situación acontecida con el ex entrenador Muñiz desde el partido jugado con el Reus en la primera vuelta y que fue el inicio de una racha muy negativa que ha costado perder la opción del ascenso directo y que el equipo estuviese demasiados partidos sin ganar en La Rosaleda. El tiempo parece aclarar que llegó un momento en que el grupo de jugadores dejaron de confiar en aquello que Muñiz quería que se llevase a cabo sobre el terreno de juego, y cuando un grupo no sigue al "capitán de barco" es muy difícil que se consigan los resultados esperados.

Estos jugadores son los mismos que hace tres meses, según opiniones de diversos sectores, decían que no servían para el objetivo del ascenso. Daba lo mismo el entrenador que estuviese que estos no podían llevar al equipo de categoría. Llegó Víctor Sánchez del Amo y, con el resto de su equipo técnico, aplicaron una serie de estrategias para llegar a un fin común. Con las herramientas necesarias y con un gran poder de convicción, seguidas con una número de charlas tan necesarias como verídicas, han hecho creer al grupo que individualmente sí valen para este objetivo y para ello les han invitado a que se liberen y desplieguen un fútbol ofensivo hasta ahora inédito en la temporada.

Lo que ahora es el equipo blanquiazul queda reflejado en las declaraciones del entrenador Víctor Fernández, gran conocedor de este deporte y protagonista en directo de lo acontecido en la noche del viernes junto a su equipo, realizado en la rueda de prensa posterior al partido donde expresó que  "me gusta mucho como juega el Málaga, me identifico. Juega como un equipo grande".

Foto: www.malagacf.com
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En el partido ante el R.Zaragoza el marcador se puso adverso para los locales en el minuto nueve,  y al equipo se le notó falto de ideas claras y muy imprecisos en la primera parte. El descanso fue un bálsamo necesario y el entrenador Víctor Sánchez engrasó las piezas para que desde el primer minuto de la segunda parte el equipo fuese un vendaval; bastó veinte minutos para lograr tres goles, remontar el partido y dejar "noqueado" a equipo zaragocista que había causado tan buenas sensaciones en la primera parte.

Esta vez Ontiveros no fue ejecutor en forma de goles para el equipo, pero sí lo reactivó con su presencia con un gran tiro lejano en la primera parte y con su intervención en el juego ofensivo en la segunda parte. Mención especial a Blanco Leschuk, nuevamente inconmensurable: no solo bajando el balón sino esta vez creando verdadero peligro ofensivo logrando el gol de la remontada y forzando la intervención de Álvarez en algunos de sus tiros. Definitivamente, N´Diaye despliega su mejor fútbol en una posición atrasada y Adrían González sigue cuajando una magnífica temporada con un nuevo gol que le consolida como "pichichi" del equipo.

Si el equipo se clasifica finalmente para la promoción, como parece ser, la duda será como responderá ante las ausencias de Munir y N’Diaye debido a la disputa de la Copa África. De momento pases en corto, posesión, desbordes, apertura a los extremos, verticalidad, criterio en la distribución del balón, disparos lejanos, centros, cabezazos y jugadas de estrategia son las características ofrecidas por el equipo malaguista. No es poco, ¿no?...