"Si quieres ser un futbolista importante, también lo puedes ser jugando de portero", decía el prestigioso Gianluigi Buffon en una entrevista. 

Dani Giménez  se ha convertido en una de las notas más positivas de la temporada del Deportivo. El meta vigués aterrizó en A Coruña para dar estabilidad a la portería del conjunto blanquiazul. Después de un traumático descenso en el que el bajo nivel de los arqueros fue determinante, la dirección deportiva apostó por Daniel Giménez, guardameta del Real Betis, para ocupar el puesto de portero referencia del nuevo proyecto. Desde su debut en Albacete, Dani se ha convertido en uno de los referentes del equipo protagonizando grandes actuaciones jornada tras jornada. 

La carrera de Giménez comenzó en el bando opuesto. El meta gallego se formó en las categorías inferiores del equipo de su ciudad, el Celta de Vigo. Su gran labor en el Zamora CF provocó que el Rayo Vallecano se fijara en él para ocupar la portería bukanera. Fue el barrio de Vallecas el lugar en el que Dani logró debutar en Primera División. Alcorcón y Betis serían sus siguientes pasos antes de llegar al Deportivo. 

Un jugador que firma por el Dépor lo tiene más complicado si su currículum muestra un pasado celtista. Ese fue el principal hándicap que tuvo que encarar Dani tras su llegada a la ciudad de cristal. Es probable que muchos de los aficionados que criticaron su fichaje, nunca hubiesen visto un partido de Dani Giménez. Daba igual. El arquero vigués parecía no ser válido por el simple hecho de haber vestido la elástica del eterno rival. 

Trabajo, trabajo y trabajo. Resulta difícil definir a Dani en otras palabras. Desde el inicio de la competición le ha ganado la 'batalla' a Ortolà por el puesto de guardameta titular. No se equivocó Natxo González cuando apostó por él. Desde entonces y hasta hoy, Dani ha devuelto con creces la confianza depositada en su persona. Es el tercer portero menos goleado de la categoría y ha salvado los muebles del equipo en multitud de ocasiones. Que el Deportivo dependa de sí mismo para disputar el playoff de ascenso es, en parte, mérito del experimentado arquero.

Jugador del mes de mayo

Con el paso de los meses, Dani Giménez ha conseguido transformar las dudas iniciales en halagos y las críticas en ovaciones. Semana sí y semana también, el aficionado corea su nombre con gratitud y admiración. Su talento y esfuerzo le han servido para convertirse en el guardián de Riazor. La afición, que es soberana, apenas ha dudado al elegir a Dani como mejor jugador del mes de mayo. El aficionado deportivista puede respirar tranquilo. Hay portero.