La selección española sub-21 no pudo con Italia en el debut en el Europeo de la categoría. A pesar del gol de Ceballos, los italianos no querían irse sin los tres primeros puntos y endosaron a Unai Simón tres goles que les dio el triunfo.

Aunque España comenzó como una bala, adelantándose en el marcador muy pronto, con el dominio del balón y causando miedo a los rivales. El juego rápido, los caños, y otras acciones hicieron brillar a 'La Rojita'. Defensa con el balón, lo movían ante el asombro de los locales que se veían superados en todas las líneas y no eran capaces de cruzar la divisoria. Por desgracia, esto no tuvo continuidad y no sirvió de nada.

Italia puso fin a una primera media hora de juego del equipo nacional brillante, con su juego duro. La 'azzura' quiso devolver estos minutos en forma de desesperación a los visitantes, dejando a España sin armas de combate ante sus tres goles y su juego duro.

Una auténtica batalla

La estrategia de Di Biagio era dejar fuera de juego a los jugadores españoles y lo consiguió. El gol de Ceballos en el minuto 8 tenía que ser contrarrestado como fuera. Ahí comenzaron 82 minutos de cacería, patadas y cualquier golpe que se diera lugar contra los chicos de Luis De La Fuente, alentados por un colegiado algo permisivo.

Una de las víctimas de esta batalla fue Fabián Ruiz que salió cojeando en la segunda parte y tuvo que retirarse. Esto dejó huérfano a Ceballos que no encontró su mejor versión sin el jugador del Nápoles. Aunque el utrerano fue el mejor del equipo. Pidió la pelota, la acomodó y se la escondió a los locales que le pararon con dureza.

Las bandas españolas no estuvieron

Solo durante esa media hora de luz de la selección española fue cuando mejor se vio a Carlos Soler y Mikel Oyarzabal. Después apenas tuvieron protagonismo. Ambos se cambiaron las bandas en distintas ocasiones, pero no ofrecieron todo lo que guarda su fútbol. El vasco no desbordó junto a la línea de cal y Soler estuvo desaparecido.

Por otra parte, Unai Simón tampoco estuvo muy afortunado. En el gol del empate ayudó a Chiesa a fabricarlo. Y también se vio superado por otros dos tantos.

El grupo de Luis De La Fuente junta más calidad que la Italia de Di Biagio pero la realidad es que en Bolonia los papeles se intercambiaron. Ellos estaban en casa, aguantaron y apretaron cuando tenían que hacerlo. Mientras que España dio un espectáculo que se fue diluyendo.