Cuando llegó el derbi asturiano, los aficionados de ambos equipos tenían claro que el que ganase, mantenía al entrenador, y el que perdía tendría que hacer la maleta y abandonar el banquillo. 

El inicio de temporada de Real Oviedo y Sporting de Gijón estaba siendo muy dubitativo, y el resultado del derbi podría cambiar mucho las cosas, pudiendo significar un punto de inflexión para el equipo que venciese. En el caso del disputado en el Carlos Tartiere de Oviedo, fueron los carbayones los que se impusieron en el derbi, aunque anímicamente no sirvió de mucho y el mejor momento de forma llegó unos meses después. 

Ambiente en el hotel de concentración | Imagen: Real Oviedo
Ambiente en el hotel de concentración | Imagen: Real Oviedo

La capital del Principado de Asturias se vistió de gala para el segundo derbi seguido disputado en el Tartiere, contando además con el gratificante recuerdo del resultado del anterior, que se saldó con 2-1 para los carbayones tras los dos golazos de Mossa. Nuevamente, Symmachiarii echó el resto manufacturando un tifo de los que dejan huella y los que todos quieren fotografiar, mientras que el ambiente en el estadio era envidiable. Con estas premisas, el Real Oviedo de Juan Antonio Anquela salió al césped de su feudo con mucha energía y ganas de devolver al público ese gran ambiente, y eso terminó por ser muy beneficioso. En apenas 15 minutos de juego, los azules ya vencían por 2-0, un resultado que lograron gracias al espectacular gol de Ibra de tijereta y el poderoso remate de cabeza de Oswaldo Alanís.

Terminó la primera mitad y el Tartiere seguía siendo una fiesta, el 2-0 seguía reinando en el electrónico y el Oviedo seguía dominando sobre el verde. Sin embargo, durante toda la temporada, cuando los azules vencían se solían venir abajo en el descanso, pensando que el trabajo estaba hecho y eso provocaba remontadas del rival cuando el partido parecía controlado. Aunque al Sporting le costó mucho entrar en juego, en el minuto 70 Forlín cometió un penalti innecesario que permitió a Carmona recortar distancias y dar vida a los gijoneses. Aunque eso hizo al conjunto rojiblanco venirse arriba, colocaron centros de muy poca calidad, atrapados siempre por Nereo Champagne, y poco a poco fue pasando el tiempo hasta que el colegiado indicó el final del encuentro. Finalmente, el Real Oviedo repitió el resultado del anterior derbi y pudo también repetir la celebración de la haka islandesa en el centro del campo, terminando con la canción de Juego de Tronos sonando en los altavoces a modo de respuesta por el tifo que se desplegó en el Molinón la temporada anterior. 

Tifo de Symmachiarii | Imagen: Real Oviedo
Tifo de Symmachiarii | Imagen: Real Oviedo

Como era de esperar, Baraja fue destituido al día siguiente, mientras que Anquela mantuvo el puesto durante unos meses, hasta abril. Lo que está claro es que el oviedismo volvió a disfrutar de ganar un partido que ni soñaban poder jugar hace años.