Al fin ganó el merecimiento en un partido de la Selección Española sub-21. Al fin la moneda cayó del lado ganador para 'La Rojita' después de otro partido de esos en los que la 'pelotita' no quiere entrar demasiado. Numerosas llegadas al área rival traducidas en dos postes, con nueve disparos a portería, diez fuera y otros seis bloqueados. Una desesperación, un agobio. Rabia e impotencia se unían jugada tras jugada hasta que Pablo Fornals decidió cambiar las tornas.

Fue así como llegó el ansiado segundo gol después de casi noventa minutos de agonía frente a una Bélgica muy paciente. Solo esperaba para salir a la contra y marcar la diferencia, pero con poco balón. Únicamente quería aprovechar las recuperaciones propias o las pérdidas españolas para poner velocidad, sobre todo por bandas. Arriba, esperaba el gigante Lukebakio, que sin ser muy alto se hacía grande en cada carrera. Sin embargo, el fútbol terminó premiando el mejor juego de España, aunque no fuese con un gol 'marca la casa'. 

Funcionó el 'tiki-taka' pero sin efectividad

Los chicos de De la Fuente salieron con las ideas claras, como ante Italia, y ese convencimiento desde el inicio pronto fructificó en alegría. Dani Olmo remató un buen servicio desde la derecha de Carlos Soler para colocar al palo del portero el 1-0 que adelantaba a 'La Rojita'. La acción llegaba en el minuto siete en un preciso trenzado de jugada.

Oyarzábal abraza al goleador Dani Olmo / Foto: UEFA
Oyarzábal abraza al goleador Dani Olmo / Foto: UEFA

No obstante, sin prácticamente hilar cuatro pases de la defensa hasta la delantera, Bélgica se encontró con un corner lleno de riqueza. Después de ganar las marcas individuales a los defensores en el salto, la pelota traspasó la línea de gol, aunque Sivera trató de sacarla ya dentro. La autoría del empate se la terminó llevando el propio asistente del tanto de España. Mala fortuna, otra vez, algo que recordaba a esos partidos del último europeo en el que la sub-21 padeció la misma desgracia. 

Con el transcurso de los minutos y la sucesión de ocasiones fallidas, no sin algún que otro momento de sufrimiento por obra de los atacantes belgas, la historia parecía repetirse, como en el primer choque de este torneo. Dani Ceballos se encontró dos veces con la madera (al palo en el primer tiempo y al larguero en el segundo, de falta directa). Luego, también mandó demasiado alto un disparo que se visualizaba plácido.

Pero no era el único en intentarlo, ya que Mayoral, Olmo y Oyarzábal tampoco se rindieron ante la negativa de la tarde. De la Fuente movió fichas sacando a Fornals, primero, o el doble cambio Mir-Pedraza, después. Había que marcar como fuese o la aventura por el país de la pasta y la pizza se habría acabado bien pronto. 

Dani Ceballos chuta un libre directo al larguero / Foto: UEFA
Dani Ceballos chuta un libre directo al larguero / Foto: UEFA

Fornals no se lo pensó dos veces

Ese juego bonito, tratando de desarbolar las líneas juntas por el centro con mucha clase en el 'tiki-taka' español, hasta el minuto casi noventa, no se había traducido en goles. Tampoco la abertura de bandas había sido suficiente para el segundo tanto, al menos, ya que España no necesitaba más, aunque puedo golear. Con todo ello fallido, solo un hombre fue capaz de probar lo que otros no.

Pablo Fornals se aproximó a la frontal y, en vez de buscar la colocación de su chut, no se lo pensó dos veces: disparó potente a la derecha de la portería para reventar la red, descargar la rabia de la Selección Española sub-21 y dar el trabajado triunfo, merecido, eso sí. Al final, el cántaro se rompió de ir tanto a la fuente, a pesar de haber permanecido intacto en otros partidos de 'La Rojita'. Y es que, a veces, en el fútbol vence el fuerte golpeo a la delicadeza. Primeros tres puntos para España y a seguir peleando por el pase en el grupo A