La espera se está acabando. Llega el 21 de julio y el Real Madrid está preparando su primer partido de la pretemporada. El Bayern de Munich será el primer rival. Dos de los grandes equipos europeos, que estrenan dos proyectos ilusionantes, volverán a demostrar al público americano (el partido se jugará en el NRG Stadium de Houston) porque el fútbol es el deporte rey a nivel mundial.

Los bávaros llegan a la que es la segunda cita del verano. El jueves jugaron contra el Arsenal un partido en el que pudieron probar sus nuevas piezas. El 2-1 final a favor de los gunners indica que los del Alllianz Arena todavía necesitan un tiempo para coger el ritmo de competición.

Un nuevo proyecto

Este es el mismo caso que el de los merengues. La temporada pasada fue unja de las peores de la historia moderna del club. Tras el paso fugaz por el banquillo del Bernabéu por parte de Lopetegui y Solari, Zinedine Zidane ya encabeza su propia plantilla, no la que confeccionó hace 365 el actual preparador del Sevilla.

Por primera vez en mucho tiempo, Zidane ha contado con plena potestad para decidir las altas y las bajas, lo que era un requisito fundamental para que se confirmara su vuelta a Chamartín. Hazard y Mendy fueron deseos expresos suyos y ya conocen a sus nuevos compañeros. El marsellés también dio luz verde para firmar a Luka Jovic, que deslumbró en las filas del Eintracht de Frankfurt.

Ellos, junto a Rodrygo o Kubo, tratarán de resolver algunos de los problemas que presentó el equipo blanco a lo largo de los últimos meses de competición. La falta de regularidad provocó que no se encontrara nunca un nivel de juego óptimo. Esto repercutió en el aspecto fundamental en el fútbol, el gol. La salida de Cristiano dejó al Madrid huérfano de un goleador nato y solo Karim Benzema dio un paso adelante. Por ejemplo, Asensio, en el que se depositaron muchas esperanzas en 2018, solo convirtió una ocasión en gol en toda la Liga.

Jugadores con algo que demostrar

El mallorquín no es el único que se tiene que reivindicar. Su gran amigo Isco sufrió a partir de la marcha de Lopetegui y la llegada de Solari. Ahora ha llegado al stage de pretemporada con las pilas cargadas, en plena forma, y con ganas de reclamar el sitio que se ganó por derecho propio en 2017, cuando ganaron el doblete de Liga y Champions.

Marcelo, Toni Kroos y Gareth Bale fueron los otros grandes señalados de la campaña anterior. Al brasileño le han cambiado la competencia y al igual que el exjugador del Málaga se ha mostrado a tope en las dos semanas de entrenamientos. El campeón del mundo alemán, que estrenó una película sobre su vida a lo largo del verano, debe dar un golpe en la mesa, sobre todo si acaba llegando un nuevo centrocampista.

Bale, una causa perdida

El extremo galés es el que lo tiene más complicado para convencer a Zidane. No contó con minutos tras la vuelta del antiguo jugador de la Juve, ni siquiera se pudo “despedir” de la afición en el último encuentro de Liga y no parece que la situación vaya a cambiar. El club le quiere lejos del Bernabéu, pero no llegan ofertas que convenzan, el verano es largo.

En cuanto al estilo de este nuevo Madrid, se puede esperar un equipo más dominador. Los jugadores no están todavía a pleno rendimiento, pero la intensidad volverá. También será interesante observar los progresos de Vinicius. El joven brasileño habrá trabajado en su definición de cara al arco rival y estará en mejores posiciones para marcar con la llegada de generadores de juego (y peligro) como Hazard.