Era un secreto a voces. Por todos era sabido que el Real Madrid y el Real Zaragoza habían establecido contacto por Alberto Soro, la última joya de la cantera del conjunto maño. Tras un mes de tiras y aflojas, un mes en las que las negociaciones parecían no ir hacia ningún sitio, se ha dado por cerrado el fichaje de Alberto Soro por el equipo madridista.

El ejeano firma hasta 2024, aunque jugará cedido en el Real Zaragoza durante la próxima campaña. Su buen año y su gran proyección han hecho que el Real Madrid —como ya hiciera con Vallejo—se fijara en él y lo considerara como uno de los jugadores con proyección que deberán dar el paso al primer equipo próximamente.

Alberto Soro, de 20 años debutó este mismo año en el fútbol profesional de la mano de Imanol Idiakez. Su gran pretemporada le hizo ir teniendo protagonismo en los entrenamientos y en los partidos del primer equipo. Lo que empezaron siendo unos pocos minutos por partido acabaron convirtiéndose en titularidades encadenadas en el último tramo de la temporada. El punto álgido, como no podía ser de otra forma, lo encontró con la llegada de Víctor Fernández, que de forma casi inmediata le dio galones en el equipo, llegando incluso a jugar los 90 minutos ante Osasuna en El Sadar.

El fichaje se ha cerrado por cifras en torno a los tres millones de euros, aunque con distintas variables que podrían provocar un incremento en el coste del mismo. Finalmente, Soro no jugará en el Real Madrid Castilla, algo que se ha tratado de evitar a toda costa desde el club aragonés, y lo hará cedido en La Romareda durante un año. Sin embargo, en caso de ascenso no se descartaría una prórroga en la cesión del ejeano para que siguiera acumulando minutos antes de incorporarse a la dinámica del primer equipo blanco.


La economía apremia y las urgencias económicas, desgraciadamente, están a la orden del día en un club que en su día fue saqueado y que todavía sufre las secuelas que dejó un cacique y sus secuaces.


El Real Zaragoza pierde así una de sus más preciadas perlas, uno de esos jugadores llamados a ascender y llevar al Real Zaragoza al sitio que se merece. La cantera zaragocista siempre ha sido cuna de grandes futbolistas, algo que desde hace unos años parecía una utopía. A pesar de esto, las últimas generaciones han dado esperanza a la afición maña, que ha visto cómo varios de estos futbolistas se asentaban en el primer equipo.

Ahora, con la salida de Soro por un precio casi residual, la esperanza en los aficionados aragoneses ha mermado. Sin embargo, la economía apremia y las urgencias económicas, desgraciadamente, están a la orden del día en un club que en su día fue saqueado y que todavía sufre las secuelas que dejó un cacique y sus secuaces.