Las pretemporadas tienen muchos incentivos para que los aficionados sean incapaces de perderse un solo minuto minuto de los amistosos de su equipo. Hasta un partido contra un rival de regional parece de obligada visualización. La pretemporada es, con total seguridad, el momento del año donde el espectador siente mayor ilusión por su equipo, donde siente el irresistible deseo de convertirse en míster durante unos días y analizar el juego de su equipo, donde puede desempeñar funciones de scouter, siguiendo a los nuevos fichajes y a las jóvenes promesas que cuentan con unos pocos minutos, o incluso en director deportivo, valorando las llegadas y salidas en función de sus amplios conocimientos sobre el funcionamiento económico de un club profesional.

Sin embargo, los profesionales son otros y en definitiva son ellos los encargados de llevar la planificación deportiva y administrativa del equipo. Normalmente, uno de los cargos que mayor responsabilidad suele cargar en estas fechas es la del técnico, un técnico que tiene que planificar una pretemporada e implantar un estilo de juego con el objetivo de que éste pueda desarrollarse y perfeccionarse con el paso de los meses. Sin embargo, la continuidad de Víctor Fernández ha supuesto una no revolución y una continuidad en el estilo, un estilo elaborado y depurado durante todos sus años al frente de los banquillos. Un estilo muy parecido al que en su día desarrolló al frente del Zaragoza campeón de la Recopa y que no ha tenido dudas en volver a utilizar. Desde su regreso, allá por diciembre, el técnico aragonés comenzó a dar pinceladas a un equipo que carecía de los jugadores necesarios pero del que consiguió unos resultados notables. Ahora, con los jugadores adecuados, Víctor está pudiendo desarrollar un juego más acorde a lo que quería.

El juego ofensivo es obligado

Desde la llegada de Víctor al banquillo, el Real Zaragoza se convirtió en una máquina de hacer goles, un equipo, que pese a no contar con los mejores atacantes de la categoría, sí se posicionó entre los equipos más anotadores de la misma. Cuatro goles al Sporting o tres a Córdoba, Extremadura, Cádiz y Nástic. En definitiva, una máquina de hacer goles, aunque también de encajarlos. La implantación de los extremos fue la principal causa de este aumento goleador en el apartado ofensivo. El juego rápido por dentro para acabar sacando el balón hacia fuera para el posterior centro se convirtió en la tónica habitual de cada partido. Una tónica que se está repitiendo en los partidos de pretemporada, donde los extremos y los laterales están teniendo especial protagonismo con sus continuas subidas y centros. Los mediapuntas y delanteros también están teniendo un papel esencial, apareciendo entrelíneas y jugando a uno o dos toques hacia las bandas para acabar entrando el remate. Un estilo que parece fácil pero que requiere de una precisa elaboración, un estilo que Víctor quiere perfeccionar desde los entrenamientos, donde los principales ejercicios van orientados a este tipo de acciones.

Además, el propio Víctor recalcó el protagonismo que espera de los mediocentros durante este año en la parcela ofensiva. Pep Biel -pese a ser ya jugador del Copenhague- endosó tres goles al Ebro, mientras que James anotó uno ante el Calahorra. Víctor confía en que todos los mediocentros aporten tanto en goles como asistencias y que, de esta forma, no se dependa exclusivamente de los goles de los delanteros.

La defensa, una zona a mejorar

Si bien es cierto que Víctor espera contar con laterales ofensivos que puedan aportar mucho en ataque, la realidad es que también pretende cerrar la portería y evitar la sangría de goles que el equipo maño encajó durante la pasada campaña, sobre todo a balón parado, un apartado del juego al que el técnico le está dando especial importancia y para el que este año contará con jugadores de mayor envergadura. No sólo en defensa, sino también en ataque, ya que como hemos podido ver en estas primeras pruebas veraniegas, el Real Zaragoza ha sido una amenaza constante en los córners ofensivos. La llegada de Carlos Vigaray y de Pichu Atienza, ambos con la papeleta de titulares han dotado de una mayor seguridad a la defensa blanquilla. Además, se espera que llegue un nuevo jugador que pueda desempeñarse en la posición de central e incluso de mediocentro defensivo. La solidez defensiva, a priori, no será un problema este año.

El proyecto de Víctor Fernández, aunque algo cojo, echó a andar hace unos meses. Ahora, a dos semanas de comenzar la competición doméstica, parece que el carro al que le faltaban la mitad de las piezas está casi completo.