Silencioso y atesorando una modestia divina, Jaume Jardí estrena flamante curso de la mano de Víctor Valdés con el FCB Juvenil A. Coronado como ‘pichichi’ en el escuadrón de Franc Artiga e Iban Cuadrado la temporada anterior en las filas del FCB Juvenil B con la friolera cifra de 24 goles, el delantero de Reus fortificaba su progresión en La Masía a un ritmo vertiginoso. Acaparando las miradas de los fieles de la Ciutat Esportiva Joan Gamper, Jaume lograba embolsarse de forma pausada el cariño y la admiración de quienes nunca dejaron de creer en él.
Cuidando una zurda prodigiosa, su potente y colocado disparo le encumbra como uno de los delanteros más letales de La Masía. En eterno romance con el gol, su constante efectividad en el área rival le encarama como un auténtico ‘killer’ en potencia. Versátil en cualquiera de las posiciones en ataque, su mera presencia intimida de inicio a la zaga contrincante. Asociativo al primer toque, acentúa la calidad de quién le acompaña en el césped. Alejado de ‘egos’ y priorizando al conjunto como premisa, Jaume Jardí se consolida a paso firme lejos del estruendo mediático que atisba a menudo los soportes de la pedrera ‘culé’.
El lenguaje del gol
Estrechando un hito al alcance de muy pocos, Jaume Jardí ha logrado abrazar el título de Liga en todas las categorías inferiores dónde ha participado con la elástica azulgrana: con el FCB Cadete B (2016/2017), en el FCB Cadete A (2017/2018) y el último en las filas del FCB Juvenil B (2018/2019). Destacado por su facilidad innata para saborear las mieles del gol, el reusense rubricaba su papel protagonista en los tres títulos como máximo goleador del escuadrón en dos de ellos (2016/2017 y 2018/2019), reforzando su constante labor en la consecución de los éxitos del plantel.
Camino de cuarta temporada en ‘Can Barça’, el ariete catalán vuelve a dejar patente que aquella joven promesa que aterrizaba en La Masía en verano de 2016 ya es una realidad. Capaz de bañar en oro todo lo que toca, Jaume Jardí presentaba sus credenciales bajo las órdenes de Cristian Catena y Carlos López con el FCB Cadete B, alzándose con el ‘pichichi’ del equipo y conquistando el trofeo doméstico a falta de seis jornadas para el final. Pretendido por muchos, con sólo 14 años rechazaba a clubes como el Real Madrid, eligiendo con madurez y mucho corazón la propuesta del Barça. Su carta de presentación en su primera campaña como azulgrana no defraudaba: había un diamante que comenzar a pulir.
El futuro que viene
Hambriento, y con ganas de más, Jaume Jardí apunta nuevos retos en su libreta: alcanzar la Liga en el potente Grupo 3 de la División de Honor Juvenil, volver a reinar en la UEFA Youth League, y la Copa Campeones y la Copa del Rey Juvenil en la recámara. Después de un año en blanco para el FCB Juvenil A la temporada anterior, la exigencia vuelve a ser máxima para el navío de Víctor Valdés. En las botas de Jaume se ancla gran parte del devenir de una tripulación que mira de reojo a uno de sus grandes baluartes.
Con las pilas cargadas, su estreno en pretemporada deparaba la ambición incansable del delantero de Reus. Pese a no saltar de inicio en el primer amistoso del FCB Juvenil A, su ‘doblete’ en la segunda parte de la contienda sellaba el cómodo triunfo ante al CEF Bosc Tosca en La Vall d’En Bas (1-3). Sin diferencias entre amistosos y compromisos oficiales, las balas aguardan siempre a punto en la recámara de Jaume.
Rápido en la ejecución y capaz de colocar el cuero dónde fija su mirada, Jaume Jardí alza el telón de la nueva temporada con muchos desafíos que cumplir. Lejos de menguar ante la competencia, el delantero catalán resplandece con luz propia incrementando la esencia que irradian sus compañeros. En su única campaña dónde no se consagraba en lo alto del podio goleador (2017/2018), Jaume se inmiscuía como un pilar sustancial en la consecución de la décima Liga cadete de forma consecutiva para el FCB Cadete A, fortificando uno de los tridentes más en forma de La Masía.
Mortífero en el área rival y dotado con unas cualidades sólo al alcance de los elegidos, Jaume engalana las particularidades perfectas para triunfar en ‘Can Barça’. A sus 17 años, su estela apunta a los cimientos del Camp Nou. Sin prisa, pero caminando a un ritmo desenfrenado, su huella ya impregna con furia sobre el césped.