Si algún aspecto positivo se puede rescatar de la nefasta temporada pasada del Celta, es el descubrimiento de Okay Yokuslu. El mediocentro defensivo de 1,91 metros ha sido un baluarte en su posición, y ha hecho de pegamento entre la defensa y el ataque vigués durante todo el año.

El internacional turco era desconocido para la parroquia celtiña, pero no tardó en convencerla con su capacidad de recuperar posesiones, su aseada salida desde atrás con el balón en los pies, la gran presencia física en duelos aéreos, y su indudable entrega pese a ser un recién llegado y tener que afrontar momentos tan duros como fue la agónica permanencia.

Como bien confesó Escribá, para un equipo que necesita tener el balón como es el Celta, un jugador capaz de recuperarlo es indispensable, por lo que contar únicamente con Okay con este perfil en toda la plantilla, parece una mala idea. El técnico celeste considera que el resto de mediocentros tienen un carácter creativo por lo que no existe reemplazo natural para el turco.

Una evidencia de esto ha sido la alineación frente al Tenerife en el último amistoso de la pretemporada, ya que ante la lesión de Okay, el jugador que cubrió su rol fue el central Jorge Sáenz. Por ello, la secretaría técnica parece dispuesta a acometer un nuevo fichaje para reforzar el pivote defensivo, pero el único nombre que ha trascendido hasta ahora ha sido el del canario Roque Mesa, que pese a tener una gran capacidad de sacar el balón jugado, no puede aportar nada similar a Okay en cuento a presencia física y recuperaciones.

Teniendo en cuenta lo propenso que es Yokuslu a sufrir lesiones, es necesario tener un recambio que pueda dar un equilibrio similar al equipo y a la vez ayudar en el juego aéreo. Sin embargo, el club parece más centrado en firmar a más jugadores de ataque para cubrir las posibles salidas de Sisto o Beauvue.