La pretemporada siempre deja nombres propios, con los nuevos fichajes como fuente principal. Entre ellos se cuenta el de Luis Suárez, llegado a Zaragoza en los primeros días de mercado y que, según se pudo observar en los encuentros preparatorios y en el primer partido oficial, se ha ganado un hueco en el once de partida de Víctor Fernández.

El delantero colombiano ya anotó cinco dianas en los ocho amistosos disputados, lo que le convirtió en el tercer máximo realizador del equipo por detrás de Dwamena y el traspasado Pep Biel. Sin embargo, el cafetero se subió al escalón protagonista de la pretemporada zaragocista por otros méritos, como su capacidad de brega, su aportación defensiva desde la primera línea y sus dotes como asistente, siendo Dwamena su socio predilecto.

De la teoría al césped

El cuarto gol anotado en Calahorra evidenció esto: Luis Suárez recuperaba la pelota muy lejos de la portería rival, en campo propio, y buscaba al espacio al delantero ghanés, especialista en explotar este tipo de acciones, que driblaba al portero y marcaba a puerta vacía. También es un buen ejemplo el primer tanto conseguido en Tarragona, pocos días después: el colombiano presionaba la salida del balón en área rival, provocando el fallo del central en la conducción y metiendo la pierna con decisión para marcar. Un gol que surgió de una jugada donde inicialmente no había nada, por pura e incansable lucha. Además, el aficionado zaragocista pudo constatar con sus propios ojos estas cualidades en el partido inaugural contra el Tenerife, donde el atacante marcó el primer gol local y fue el mejor jugador del encuentro.

Un punta completo

Del ‘26’ blanquillo cabe destacar también su envergadura, algo mayor de lo que se podría esperar en un atacante de su perfil, habilidoso en el uno contra uno y ágil en la carrera. Estos rasgos le han ubicado, en la mayoría de las ocasiones, en el flanco izquierdo de la delantera zaragocista, aunque también ha disfrutado de minutos como referencia ofensiva, puesto que su facilidad rematadora así lo aconseja. El sábado ocupó las dos demarcaciones, y en ambos casos se ganó los aplausos del público.

Luis Suárez no solo deja entrever aptitudes para aspirar a una cifra goleadora importante, sino que también se le intuyen otras características, al margen de la faceta finalizadora, para ser una pieza clave en este Real Zaragoza. Siempre con la intensidad en el juego como seña principal, ya sea en tareas defensivas u ofensivas. Decía Víctor Fernández en los albores de la pretemporada, en referencia a la campaña anterior, que Luis Suárez había metido “siete goles, pero si hubiera hecho quince no hubiera venido al Zaragoza. Estaría en Primera. Vamos a por él porque mete siete pero puede marcar el doble. Tiene un margen de mejora tremendo. Es muy fuerte físicamente, es competitivo y es un guerrero ganador”, sentenciaba. De momento, el guerrero ya lleva uno.