El Real Zaragoza comunicó en el día de ayer que Alberto Guitián sufrió un esguince en su tobillo derecho durante el entrenamiento matinal. El central, que encaraba la recta final de su recuperación por la operación de apendicitis a la que tuvo que ser sometido durante las vacaciones, se enfrenta así a un nuevo revés en su vuelta a los terrenos de juego.

En el comunicado, el club aclaraba que el cántabro “queda pendiente de evolución en los próximos días para determinar su reincorporación al trabajo grupal”, por lo que queda en el aire el tiempo que se precisará para su recuperación. Durante buena parte de la pretemporada, Guitián siguió un plan de entrenamientos individual y específico y no pudo disputar ningún minuto en los encuentros amistosos.

Durante las semanas de preparación, destinadas siempre a ponerse a alcanzar el máximo tono físico posible y a comenzar a trabajar rasgos tácticos del juego, el cuerpo técnico zaragocista ha tenido que improvisar a la hora de alinear a dos centrales en los encuentros. Así, se optó por dar protagonismo al canterano Enrique Clemente, el jugador que más minutos disputó en esa demarcación y que se ganó el favor del entrenador a base de buenas actuaciones, así como la incursión en el plantel de Jesús Álvarez, central del Deportivo Aragón que es un habitual en los veranos del primer equipo desde hace varios cursos.

De esta manera, a Víctor Fernández se le presenta un nuevo problema a la hora de contar con todos sus centrales. El pasado viernes, el entrenador zaragocista afirmaba su deseo de poder convocar al cántabro para el partido frente al Elche, en la tercera jornada, aunque probablemente no pueda ser así, por lo que la nómina de centrales disponibles sigue reducida a Simone Grippo, Pichu Atienza y el ya mencionado Clemente, puesto que con Verdasca no se cuenta. Además, continúa abierta la posibilidad de incorporar en el mercado de fichajes a un jugador polivalente que pueda desempeñarse también en el eje de la zaga.