Un partido de Segunda, de esos que a final de temporada pueden valer un ascenso. Es lo que pudo verse ayer en el estadio municipal de La Romareda entre el Real Zaragoza y el Elche. Un encuentro trabado, espeso y propio de la categoría donde las ocasiones manifiestas de gol llegaron con cuentagotas. El Zaragoza se asomó en varias ocasiones a la meta de Édgar Badía, con más intención que colmillo real, mientras que el conjunto visitante apenas inquietó a Cristian Álvarez.

Una vuelta al once

Víctor Fernández incluyó dos caras nuevas en la alineación titular, colocando a Eguaras en el lugar de Javi Ros y a Clemente como central zurdo, ocupando la plaza de un Grippo que se quedó en el banquillo con fiebre. El navarro cuajó un encuentro discreto y dio muestras de continuar avanzando en su puesta a punto, mientras que el canterano fue uno de los nombres propios de la noche. Impecable en tareas defensivas y con cierto protagonismo en la fase inicial de la construcción del juego, hizo gala de una madurez y un orden táctico digno de destacar, virtudes que la experiencia y la suma de minutos en el fútbol profesional solo pueden perfeccionar.

El choque comenzó con dos llegadas de los locales, que tuvieron en la cabeza y la bota izquierda de Luis Suárez las primeras oportunidades de adelantarse en el marcador. El colombiano, un enamorado confeso (y correspondido) de La Romareda y su atmósfera, volvió a ser lo más peligroso del Zaragoza en ataque, mientras que Dwamena estuvo más participativo que en anteriores ocasiones, aunque sin fortuna. El ghanés, al que Areces Franco le señaló una cantidad ingente de faltas en contra en medio de una actuación que enervó a la grada en cuanto a decisiones y formas, sigue sin encontrar el camino a la meta rival ni hacer uso de la capacidad física que se le intuye.

Un choque sin actuaciones estelares

Un remate demasiado picado de Atienza a la salida de un córner fue la última ofensiva blanquilla antes del descanso. Y en la segunda mitad, más de lo mismo. Entraron Álex Blanco y Papunashvili, inédito en este curso hasta la fecha, con la intención de que la verticalidad hiciera el trabajo que el orden táctico y la consistencia no habían logrado hacer, con un centro del campo que firmó una actuación discreta: al margen del ya comentado Eguaras, apenas hubo intervención en el juego de Igbekeme y Kagawa, dos de los futbolistas llamados a ser diferenciales este año, mientras que Guti fue lo mejor de la línea, haciendo gala del nivel que acostumbra esta temporada.

El VAR al rescate

Así pues, el partido estaba en las áreas una vez más. Y dado que los franjiverdes apenas pisaron la contraria, la cosa estaba entre el empate y la victoria local. Una moneda al aire que cayó de cara cuando Luis Suárez buscó la pierna del defensor ilicitano dentro del área, sintió el contacto y, como él mismo reconoció, se dejó caer. La imagen emitida desde la sala del VAR en Las Rozas fue reveladora y a Areces Franco no le quedó otra que señalar el penalti. Carrera pausada, engaño al portero y La Romareda estalló con el segundo tanto del colombiano este curso. De ahí hasta el final, nada de nada. Como mandan los cánones de la categoría, un guion breve que los futbolistas de Víctor supieron ejecutar a la perfección para dormir en lo más alto de la clasificación. Tres puntos de los que luego se hubieran echado en falta al volver la vista atrás. 

Ficha técnica

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Vigaray, Atienza, Clemente, Nieto; Eguaras (C), Igbekeme, Raúl Guti, Kagawa (Papunashvili, 71’); Luis Suárez (Javi Ros, 90’), Dwamena (Álex Blanco, 80’).

Elche CF: Édgar Badía; Óscar Regaño (Tekio, 81’), Gonzalo Verdú, Dani Calvo, Juan Cruz, Andoni López; Nfulu, Iván Sánchez, Gonzalo Villar (Folch, 63’); Nino (C) (Pere Milla, 87’), Yacine Qasmi.

Goles: 1-0 Luis Suárez (87’).

Árbitro: Areces Franco, del comité asturiano. Amonestó a los locales Nieto (19’), Igbekeme (25’), Luis Suárez (77’) y Raúl Guti (95’) y al visitante Iván Sánchez (32’).

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 3 de LaLiga SmartBank 2019/2020, disputado en La Romareda ante casi 23.000 espectadores.