El pasado 9 de junio el conjunto blanquillo caía derrotado en Tenerife, poniendo así punto y final a una temporada para olvidar. Comenzaba entonces la renovación de un proyecto con un objetivo claro, el ascenso a Primera División.

A lo largo de la temporada 2018-2019, los encargados de la parcela ofensiva del conjunto blanquillo sumaron 20 goles, la mayor parte de estos (16) de la mano de Álvaro Vázquez y Marc Gual. Por su parte, Giorgi Papunashvili y Miguel Linares sumaron 2 tantos cada uno.

El mercado llegó y comenzó el cambio. Terminaron las cesiones de Gual y Vázquez, además se produjo la salida de Diego Aguirre a la liga chipriota. El objetivo del mercado era claro, reforzarse de la mejor manera posible mediante delanteros con gran potencial.

El primero, Luis Suárez

El primero en llegar fue Luis Suárez (21), un atacante rápido y potente que llegaba cecido desde el Watford, tras jugar la pasada campaña en el Nàstic de Tarragona, dónde anotó 7 tantos. El colombiano es, probablemente, el jugador que mayor brillo esta teniendo en estos tres primeros partidos de la temporada, convirtiéndose, además, en uno de los favoritos de la afición.

Tras él, el Real Zaragoza conseguía la cesión para una temporada del canterano valencianista Álex Blanco (20). Con él, el club aportó los recursos que más solicitaba Víctor Fernández, desborde y velocidad. El extremo ché anotó 6 goles a lo largo la temporada pasada, todos ellos en el Valencia Mestalla, ya que en el Deportivo Alavés no tuvo la suerte de sumar ningún gol.

Dwamena, el último en llegar

Sonada fue la llegada de Raphael Dwamena (23) procedente, a través de cesión, del Levante UD, tras sumar un único tanto en 17 partidos la temporada pasada. El atacante ghanés, del que debemos destacar su velocidad y acierto de cara a portería, tiene una gran capacidad de asociación en situaciones de contraataque.

Además de la continuidad de Papunashvili y Linares, se produjo la mediática llegada del centrocampista nipón Shinji Kagawa (30), quien va a contribuir en gran medida para que el potencial ofensivo del conjunto blanquillo aumente.

Sin duda alguna, la llegada de estos jugadores supone una gran ilusión en la afición que cada partido llena La Romareda, y puede llegar a ser la llave, esperemos, del ascenso.