El Albacete saltaba al verde con varios cambios en su once respecto a la jornada anterior. Ergas entraba como lateral zurdo por Fran García, Capezzi sustituía en la sala de máquinas a Karim, Dani Ojeda cedía la banda izquierda a Pedro Sánchez, y en el centro de la defensa, Kecojavic perdía el puesto a favor de Caro.

Desde los primeros minutos de juego se pudo ver la hecatombe que se avecinaba. En el 1' Bermejo ponía por delante al conjunto visitante, dando el conjunto manchego síntomas de un claro descontrol de la situación. Especialmente señalado fue el debutante Roberto Ergas, cuya actuación fue cuanto menos deplorable.

Poco o nada mejoraba el conjunto manchego con el paso de los minutos, los blanquiazules se sentían a gusto con la pelota, ya fuera mediante la posesión de la misma o realizando contras, que suponían una continua amenaza para la portería de Tomeu Nadal. 13', gol de Róbert Mazáň, que evidenciaba lo que ya todo el estadio sabía, no iba a ser una buena mañana dominical…

Con el inicio de la segunda parte, entraban Manaj y Kecojevic, saliendo del césped Ergas y Olabe, con la intención de mejorar algo el panorama, pero poco se podía salvar de un equipo en el cual solo Zozulya parece darse cuenta de lo necesario que es luchar cada balón y, ni mucho menos, de la importancia de marcar entre los tres palos.

Tercer gol del Tenerife en el 72' por parte de Mierez, y el respetable ya pedía la hora para salir, viendo la nula capacidad de reacción de los once jugadores, que solo daban señales de nerviosismo y confusión. Álvaro Jiménez salía al campo por Alberto Benito, pero el partido estaba ya listo para sentencia.

No obstante, aún tuvo tiempo Daniel Gómez de sumar su propia diana al resultado en el 88'. El Albacete no tuvo capacidad defensiva, ni capacidad ofensiva, ni nada de lo necesario para llevarse los tres puntos de la jornada en ningún momento.

¿Lo positivo del partido? Que después de esto solo queda margen de mejora...