El Betis fue capaz de retener un valioso punto ante el Getafe, y el gran mérito de los verdiblancos fue volver a igualar el marcador en los minutos finales a pesar de ir perdiendo. Quizás faltan detalles que pulir en el juego de Rubi, pero si algo queda claro es que actúan como grupo y saben cómo resolver situaciones más que complicadas sobre el terreno de juego.

Álex Moreno, la combinación de hambre y ganas con calidad y velocidad

Una de las notas positivas que puede sacar la hinchada verdiblanca de este encuentro contra el Getafe, además de la unión que existe entre la plantilla, fue el debut de Álex Moreno. No se produjo de la mejor forma posible debido a que finalmente salió al terreno de juego por la lesión de Pedraza, de la cual aún no se conoce alcance. Fue en el minuto 83 cuando el lateral recibió todo el cariño en forma de aplauso de un Villamarín que ansiaba ver en acción a ese jugador que tantas ganas tenía de enfundarse la verdiblanca.

Ese aplauso unánime no le metió presión, más bien al contrario. Saltó al césped y, en apenas diez minutos, contagió al equipo de ganas, de hambre de ganar, de necesidad de no dejar puntos escapar a pesar de estar en inferioridad numérica. De hecho, durante esos compases finales el Betis demostró mucha garra en ataque. Además, con la expulsión de Loren se acercó a dialogar con el árbitro, tratando de pedir explicaciones, demostrando compromiso con el escudo de las trece barras.

Álex Moreno tratando de pelear por un balón con Damián Suárez | Fotografía: @moreno7alex
Álex Moreno tratando de pelear por un balón con Damián Suárez | Fotografía: @moreno7alex

Tocó pocos balones debido al poco tiempo que estuvo sobre el verde, pero las pelotas que pasaron por sus botas llevaban peligro. Electricidad, potencia, desborde, agilidad mental y física, además de cortar alguna que otra acción del Getafe y ataques a favor de los suyos, fue lo que desplegó por la banda izquierda, sin olvidar que no perdió en ningún momento la trayectoria del esférico, aunque estuviera en el otro lado del campo. Posiblemente no fue el debut soñado para un Álex Moreno que llevaba meses deseando saltar al césped del Benito Villamarín, pero sus ganas y su habilidad dejaron un buen sabor de boca en la hinchada verdiblanca tras un empate agridulce. En poco tiempo fue capaz de demostrar porqué el Betis había insistido tanto en su contratación.