El Albacete asaltaba El Alcoraz introduciendo variantes en su once respecto a la jornada anterior. Fran García volvía al lateral izquierdo tras su partido de sanción, Barri cedía su puesto a Eddy Silvestre, mientras que Manu Fuster debutaba en el fútbol profesional, sentando en el banquillo a Leonardo Capezzi.

Nada más comenzar el partido, el encuentro se ponía de cara para el Albacete. El ex del Guijuelo, Manu Fuster, provocaba penalti, siendo este ratificado por el VAR en el 4'. Susaeta no perdonaba y colaba la pena máxima sin titubear, convirtiéndose momentáneamente en el máximo anotador de este curso del equipo manchego.

Imagen renovada la del conjunto albaceteño, presionando al Huesca al inicio del partido, siendo Manu el más activo junto al de siempre, Zozulya. Sin embargo, y con el paso de los minutos, el Huesca se fue haciendo con el control del partido, arrinconando cada vez más a los de Ramis en su campo, demostrando cuales son las aspiraciones del conjunto oscense.

Arrancaba la segunda mitad del partido en la misma dinámica, un Huesca que buscaba constantemente el empate, frente a un Albacete que defendía como un equipo bien cohesionado, y que tenía sus ocasiones a la contra. Así llegó un tiro al palo de las botas de Zozulya, recordando al equipo local que el Albacete también tiene sus armas.

Entraron como recambios Barri y Karim, saliendo del campo Fuster y Olabe, que se unieron al cambio previo de Acuña, dejando claro los planes de Luis Miguel de defender el resultado con uñas y dientes. El Huesca lo intentó de todas las formas posibles, llegando a dar en la madera hasta en dos ocasiones, pero el sacrificio y el tesón de los visitantes impedirían que el marcador cambiara en lo que quedaba de partido.

El Albacete se llevó los tres puntos de uno de los campos más complicados de esta Liga, dando a entender que están rehechos del tropiezo contra el Tenerife, y acercándose un poquito más a la meta de los 50 puntos.