Desastres en ambas áreas

Julen Lopetegui no realizó mala planificación para enfrentarse al FC Barcelona en el Camp Nou, pero saltó con un once muy criticado, con de nuevo la inclusión de Luuk De Jong y Nolito en el once inicial, algo que no es de excesivo agrado por parte de la afición sevillista, sobre todo el holandés que acumulaba 6 titularidades sin anotar ni un solo gol.

Pese a las dudas con el juego que podría ofrecer el conjunto andaluz, que se denotaba lento, pudo hacer muchísimo daño a un FC Barcelona algo malherido, que no estaba encajando un partido completo en lo que se lleva de competición liguera.

Luuk De Jong fue el que tuvo en su poder las mejores ocasiones que podrían haber determinado el curso del partido, algunos de ellos “perdonables” como el remate al primer palo del centro raso de Ocampos que Marc André Ter Stegen sacó in extremis, pero otros tantos no tan perdonables, el primero con la portería vencida en una prolongación de un córner que le cae en su pierna izquierda y que remata cruzado directamente fuera, sin acercarse a las dimensiones de la portería, la segunda un cabezazo a bocajarro para batir al guardameta alemán, que pica en exceso hacía el suelo, que con el bote se marchó directo por encima del travesaño.

Y es por ello que cuando se perdona en exceso a un equipo como es el de Ernesto Valverde, que se acaba pagando, y es en la delantera donde se noto la gran diferencia entre los equipos, pues Luis Suárez en la primera que tuvo, en el minuto 27 tras un centro de Nelson Semedo, el uruguayo estampó el balón al fondo de la red con una increíble chilena en una posición extrañamente fácil en el área, tras la perdida de la marca de Daniel Carriço.

A partir de ahí el FC Barcelona despertó en el partido, y con muy poco hizo muchísimo daño, pues solo cinco minutos más tarde en el minuto 32, en una jugada que comienza de nuevo sobre la banda del capitán sevillista, donde Arthur filtraba un balón tras las espaldas de los defensas donde Arturo Vidal batió a Thomas Vaclik, que ya se notaba vendido en cuanto se acercaba el balón con peligro.

Y para terminar de rematar el parido 3 minutos después, en el minuto 35 y de nuevo sobre la banda derecha sevillista, Ousmane Dembelé quebró todo el sistema defensivo del Sevilla, tras error garrafal de Fernando que pierde un balón en el borde de su propia área, definió al segundo palo del portero checo para hacer el 3-0 antes de marcharse a los vestuarios.

No se pudo salvar tan tarde, y tampoco se pudo paliar

El entrenador Vasco tuvo que realizar dos movimiento al comienzo de la segunda mitad, que observo que el sistema de su equipo se había caído tras errar en demasiadas ocasiones en campo contrario y retiró a Nolito (que no pudo aportar nada en ¾ de campo debido a su notoria falta de ritmo y velocidad) y a Óliver Torres, que pese a desfondarse en la presión para ayudar a su equipo fue el señalado para abandonar el terreno de juego, y donde entraron Munir y Jordán.

Ninguno de los recambios aportó una mejoría en a nivel ofensivo, y además el centrocampista Jordán tuvo una de las peores actuaciones hasta el momento, y desde el suceso en Ipurúa, no está al nivel que nos tenía acostumbrado.

Pero pese a la pasividad de un equipo maltrecho por la calidad del conjunto catalán aún tuvo la posibilidad de recortar distancia además a los pocos minutos de reanudar el encuentro, pero de nuevo Luuk De Jong, que robó en área contraria y se perfilaba solo frente a Ter Stegen estrelló el balón en la madera, al buscar colocar el balón en el palo contrario, y aunque el delantero holandés esté aportando al equipo todo lo que puede aportar por sus cualidades físicas, es obvio que en el pulso de los goles, está perdiendo el alineador que sigue dejando de inicio al único delantero que ha anotado en sus dos titularidades ene le banquillo, y dejando en el ostracismo al máximo goleador de la UEFA Europa League de la pasada campaña.

Tras esto el partido se envolvió en una dinámica de absoluto dominio de los de Valverde, que esperaron al minuto 78 para finiquitar el resultado, con obviamente el gol de falta pertinente de Lionel Messi, que no tuvo demasiada oposición del portero checo, que tomó la decisión de tratar de blocar, el lanzamiento más sencillo del jugador argentino, a mano cambiada.

Javier “Chicharito” Hernández quien salió por el delantero holandés, fue capaz de al menos sacar una expulsión al debutante Araujo, en una jugada donde el mejicano se quedaba solo frente al guardameta pero era batido por el central al borde del área, tras esto se formo una peculiar e inentendible situación donde Ousmane Dembelé fue expulsado por las airosas protesta del jugador francés.