Tenerife y Racing sumaron un nuevo punto en esta duodécima jornada que no termina de ser positivo para ninguno de los dos. Los tinerfeños crearon mucho peligro especialmente en la primera mitad, donde si no es por Luca Zidane los goles encajados podrían haber sido mucho mayores. El Racing por su parte se mantuvo vivo en el partido gracias al acierto de sus hombres de arriba favorecido por los errores rivales. Yoda anotó el empate final en el 93’.

Lo que es la vida. La semana pasada los racinguistas veíamos cómo le plantábamos cara a todo un Huesca mereciendo la victoria y todo hacía presagiar que esas sensaciones positivas se iban a ver reforzadas esta semana ante un Tenerife en crisis. Parecemos nuevos. El Tenerife pasó por encima del Racing y hay que valorar el punto positivamente tras jugar a la deriva durante buena parte del encuentro.

El encuentro comenzó con el Racing cediendo medio campo para que el conjunto isleño organizase la jugada desde atrás. Demasiado terreno para un Tenerife que, si por algo se caracteriza, es por proponer un juego de toque y posesión sello de su actual técnico López Garai. Así llegaban las primeras ocasiones; los tinerfeños tocaban cómodos y basculaban con velocidad llegando con demasiada facilidad al área de Luca. Demasiado trabajo para Mario Ortiz y Kitoko. Pueden multiplicarse, pero no eternamente.

Fruto de esta comodidad del Tete llegaban los primeros dos goles: Alex Bermejo filtraba un buen balón por encima de Alexis que Malbasic convirtió con habilidad en el 1-0. Poco después, una internada por banda derecha cedió el balón atrás para que el propio Álex Bermejo desde la frontal batiera con un chut potente y colocado a Luca. 2-0 en contra y, además del resultado, el Racing daba la sensación de no tener plan B ni, lo que es peor, plan A.

Sin embargo, el conjunto verdiblanco tiró de orgullo y, junto con el inconsciente paso atrás del Tenerife propio de querer amarrar su renta, permitió acercarse al Racing al área contraria con más insistencia. Pese a ello, el gol vino de un fallo en la salida del Tete donde una buena presión de Enzo, Kitoko y Nuha provocó una recuperación en la frontal y un gol balsámico del extremo francés. La presión alta funciona. Aquella presión que sólo vimos el día del Mirandés (donde se ganó 4-0) y que permite al equipo morder y pelear de tú a tú ante cualquier rival.

Más de lo mismo

Tras el paso por vestuarios, la inconsistencia defensiva del Racing siguió presente y en una mala basculación de los cántabros llegó el tercero en un remate a bocajarro de Borja Lasso. Cuando no parecía que el Racing fuera a sacar nada positivo del encuentro, un nuevo error en la salida del balón del Tenerife por parte de Ortolá (que ya tuvo otro anteriormente sin consecuencias), provocó el segundo gol de Enzo Lombardo (min.57) a pase preciso de Karim Yoda. Al menos la conexión francesa sigue activa una semana más.

La última media hora, el Racing lo siguió intentando con más corazón que fútbol dando entrada a hombres de ataque como David Rodríguez y Nico Hidalgo. Mientras, esta vez eran los jugadores tinerfeños los que frenaban el ritmo con constantes caídas y pérdidas de tiempo, con también alguna contra peligrosa.

Sin embargo, los minutos finales (esos que tantos disgustos han costado a los racinguistas) tenían reservada una pequeña sorpresa: Cejudo botaba una falta lateral al área pequeña (asignatura pendiente este año) y Yoda llegaba como un obús para, de un potente cabezazo, perforar las redes y subir el 3-3 definitivo (min. 94) al marcador.

El empate dejó al Tenerife con “cara de tonto”, ya que mantuvo al Racing vivo por sus propios errores y al final lo pagó caro. El conjunto de Ivan Ania por su parte, debe valorar el punto de forma positiva visto lo visto en el terreno de juego.

La próxima semana recibe al Deportivo en El Sardinero. Un encuentro por todo lo bajo donde, si el Racing no es capaz de mostrar una idea clara de juego que le permita dominar el encuentro para ir a por el partido, dejará muy tocado al técnico santanderino que sólo ha conseguido una victoria en las 12 jornadas que llevamos. Más que las victorias, preocupan las sensaciones y la falta de ideas del equipo. No más palos de ciego. Hay toda una semana para que se vea plasmado el trabajo. Ojalá que así sea.