El verano del Sporting quedó marcado por el regreso del hijo pródigo, Manu García, tras su marcha del club en la categoría cadete.

Manu García, de 21 años, tomó la decisión de regresar a la que él siempre ha considerado su casa con el objetivo de convertirse en un futbolista determinante.

El asturiano, que desempeña en la posición de mediapunta o en banda izquierda, jugó en las categorías inferiores del Sporting de Gijón hasta la categoría cadete, cuando no pudo rechazar la oferta de uno de los trasatlánticos del fútbol inglés, el Manchester City.

En el equipo británico acumuló logros como los debuts en FA Cup y en Premier League en un encuentro en la temporada 2015-16 frente al Aston Villa, venciendo 4-0 y disputando 10 minutos. Manuel Pellegrini fue quien le hizo debutar.

Pese al debut, su paso por Inglaterra no fue del todo satisfactorio, por lo que decidió probar suerte en el Deportivo Alavés, con el que debutó en Copa Del Rey frente el Nástic de Tarragona. En ese momento apareció el Breda, de la Segunda División holandesa. En el conjunto holandés disputó un total de 57 encuentros, participando en 15 goles y logrando, en su primer año, el ascenso de categoría.

Tras ello, el Toulouse llamó a su puerta y Manu García decidió marcharse. Su buen hacer en Francia, sumando 2 tantos y 4 asistencias, hizo que el Sporting volviese a interesarse por él, tratándose de un jugador de la casa, la negociación llegó a buen puerto.

Mal inicio

Manu se ha convertido en un pilar fundamental en el equipo de José Alberto. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para cubrir el mal inicio de temporada del conjunto rojiblanco, que está llamado a ser uno de los que luchen por el ascenso a final de temporada. El conjunto gijonés se coloca decimocuarto con 14 puntos, estando así a cinco de playoff y a dos de posiciones de descenso.

El domingo tendrán una nueva oportunidad de revertir esta situación en el encuentro frente al Real Zaragoza en el Estadio de El Molinón-Enrique Castro Quini.

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