Ganó y convenció el espectacular juvenil del Real Zaragoza en una tarde mágica para La Romareda. Un conjunto tan sumamente embellecedor del juego, que no dio ni la más mínima opción a un muy  vulnerable Apoel.

La escuadra dirigida por Iván Martínez comenzó el encuentro encerrando en dos llegadas a los chipriotas. En el minuto cinco de partido, una buena jugada de Azón terminó en penalti para los aragoneses, y Carbonell se encargó de poner el uno a cero en el electrónico.

Los diez primeros minutos tuvieron un dueño: los de Iván Martínez dominaron sobre las dos áreas, e incluso Sancho obligó al guardameta chipriota a estirarse para evitar el 2-0.  Iván Azón y Sancho ponían el peligro en el área chipriota, que poco a poco se iba animando y abarcaba más campo rival, pero que no terminaba de arrancar en el encuentro.

Corría el minuto 20, ecuador de la primera mitad, y el conjunto de Martínez seguía mandando sobre el verde de La Romareda. El APOEL seguía intentándolo filtrando balones a Orfanidis, pero no obtenía nada positivo. Una jugada más tarde, Carbonell se sacaba una gran jugada de la chistera, y ponía un contundente 2-0 en el marcador. Oliver huía de tres contrarios en una gran jugada al contragolpe que culminaba el propio '10' blanquillo con un suave disparo al palo corto, inalcanzable para Georgios.

Cumplidos tres cuartos de la primera mitad, seguía reinando el conjunto blanquillo, que se acercaba al área rival a través de un brillante Carbonell, que daba la victoria a los suyos tras anotar los dos tantos blanquillos. Discretos, muy discretos acercamientos del conjunto chipriota sobre el arco de Acín. Los números lo demuestran, pues en cuarenta  minutos de juego tan sólo un disparo del conjunto dirigido por Samios. Un buen Theodosiou intentaba cambiar la dinámica del conjunto chipriota, pero un espectacular Borge frenaba, uno tras otro, los ataques del menudo atacante del APOEL.

En el último minuto de la primera mitad, Alejandro Vela se saca de la chistera un gran golpeo cruzado que batió a Georgios por bajo y sentencia, poniendo un contundente 3-0 en el letrero del municipal. Así se llegaba al descanso. Un atrevido y dominante Zaragoza frente a un muy flojo Apoel.

Ya en el segundo tramo, el APOEL salió un poco más incisivo. Los de Samios intentaban ser más incisivos en el área zaragocista, pero no conseguían terminar de hincar el colmillo en el arco defendido por un siempre seguro Guillermo Acín.

Pese a la tímida mejoría del conjunto chipriota, el Real Zaragoza no daba tregua. Buscaba el cuarto, incidiendo y mucho en el '9', Azón, que no conseguía meter el balón entre los tres palos, pero que siempre que tocaba el balón creaba peligro real. Minutos después, y por primera vez en el encuentro, el Apoel trenzaba una buena jugada colectiva y Neokleus, que acababa de entrar, manda el balón rozando el poste.

Corrían ya los primeros quince minutos del segundo acto. Se fue diluyendo esa leve mejoría del Apoel, y el Real Zaragoza seguía buscando el cuarto, para aumentar la ventaja en el agregado. Los minutos corrían, y el Real Zaragoza se acercaba al gol con la entradas de un espectacular Puche, que ponía el peligro en el área chipriota junto a un estelar Carbonell. En una jugada del '10' blanquillo, fue derribado dentro del área y, tras señalar el colegiado la pena máxima de nuevo, no falló el delantero zaragocista, y aumentó la renta en el marcador.

Seguía el dominio zaragocista sobre el terreno de juego. Los de Iván Martínez continuaban muy bien situados en el campo, haciendo un partido más que serio y brillando en todas las zonas. Castillo, Francho, Jaime, Puche, todos aquellos que jugaron juntos el año pasado en ese espectacular e histórico Real Zaragoza juvenil, tiraban del carro igual que el resto. 

Partidazo en mayúsculas de un Real Zaragoza que hizo los deberes perfectamente en todas y cada una de las zonas del campo. En defensa, poco que trabajar, pero solventado con creces. En el medio, un muy correcto Francho y un siempre bien colocado Castillo, sujetaron al equipo en el que Vela brilló. En la delantera, difícil de elegir quién fue mejor, pero Carbonell brilló con luz propia en un encuentro en el que anotó un merecido hat-trick. Azón y Sancho encontraron espacio, pero no el premio del gol. Diego Marín, con una brillante salida desde el banquillo, sentenció el encuentro para los blanquillos en un mano a mano con Georgios.

Gran trabajo del juvenil zaragocista, que se lleva a Chipre una espectacular renta de cara al encuentro de vuelta, tras haber cosechado en La Romareda delante de unos 10.000 aficionados uno de los mejores y más completos partidos que ha jugado el conjunto aragonés, que demuestra una vez más la calidad humana y deportiva de este gran grupo que está llevando el nombre del Real Zaragoza a lo más alto de Europa.