El reto al que se enfrenta el Granada CF el sábado es mayúsculo. Acabar con el maleficio de Mestalla, un estadio del que los rojiblancos nunca se han ido con el bote. Al trigésimo primer enfrentamiento busca llevarse el gato al agua un Granada que, tras dos derrotas consecutivas, quiere volver a la senda del triunfo.

Un último precedente optimista

Pese a tener un balance muy desfavorable en el cómputo global de enfrentamientos entre ambos, el Granada consiguió sumar en su última visita a Mestalla. Fue en la temporada 2016-17 cuando los nazaríes lograron empatar a uno ante el Valencia. Carcela avanzó a los andaluces en el descuento del primer tiempo, pero Nani neutralizó la ventaja rojiblanca.

Para encontrar los otros dos empates ligueros del Granada en el feudo ché hay que retroceder hasta la década de los 70. En las temporadas 72-73 y 73-74, el equipo de la ciudad de la Alhambra se llevó un punto de la capital del Turia tras empatar a cero y a uno, respectivamente. El resto de enfrentamientos en Primera División (20) se han saldado con derrota.

Malos precedentes también en Copa

Si los antecedentes no son buenos en competición liguera, tampoco lo son en Copa. El Valencia es dominador absoluto del balance de enfrentamientos entre ambos conjuntos. Seis triunfos valencianistas y un empate en siete visitas del Granada CF a Mestalla en la competición del KO. Un torneo que vio el último choque entre valencianistas y nazaríes en 2016 cuando los ches golearon al Granada por 4-0.

Un Mestalla inexpugnable, pero sin grandes números

El Valencia no sabe lo que es perder en Liga en su estadio en este arranque de competición, pero sus números no son para nada buenos. Dos victorias y cuatro empates en Mestalla para un equipo que quiere aspirar a jugar la próxima edición de la Champions no son los mejores resultados. Un estadio en el que dos de cada tres equipos que pasan por él se llevan puntos. Una esperanza a la que se debe agarrar el Granada para no irse de vacío por tercera jornada consecutiva.