El fútbol, impredecible en toda su esencia, conduce a todo el que lo rodea por caminos insospechados. Lo sabe bien Óscar Garcia Junyent (26 de abril de 1973, Sabadell), quien ya desde alevín se veía ligado al club de sus amores, el FC Barcelona, para toda la vida. No era en absoluto un deseo en vano del ahora exfutbolista y entrenador, considerado uno de los herederos del legado que dejó Johan Cruyff, que creció en la Masía para cumplir su sueño de jugar en el Camp Nou para más tarde poner su granito de arena en la formación de sus sucesores, concretamente en la generación del Juvenil A del 2010/2011, con la que conquistó un triplete. Su sed futbolística llevó al sabadellense a emprender una aventura con el sello culé por bandera por todo el viejo continente. Salzburgo, Brighton, Tel Aviv y Saint Ettienne, destinos tan atractivos como exóticos, han servido como billete de vuelta al fútbol español al ya nuevo entrenador del Celta de Vigo. Precisamente a las órdenes del conjunto gallego, en el que sucederá la tarea de Fran Escribá, regresará al estadio que le vio crecer por primera vez, sentándose en su banquillo visitante para enfrentarse al club de sus amores. Y es que, recuperando sus palabras en VAVEL, "el Barça es y será siempre mi equipo".

Un trotamundos para revolucionar al Celta

Empapado de fútbol tras un viaje que le ha dotado de riqueza y experiencia en lo que al deporte rey se refiere, Óscar García debutará este sábado dirigiendo a un equipo de la élite del fútbol español, un sueño que empezó a forjar acompañando a su ídolo Johan Cruyff en los banquillos. En un relato diferente al que hubiera soñado, debutando con el Celta de Vigo nada más y nada menos que sobre el verde del Camp Nou, feudo del líder y del club de su vida, Óscar tratará de encaminar la situación del conjunto celeste apoyándose en las variantes tácticas que ha cultivado en un viaje de ida y vuelta.

Escudado en el tradicional 4-3-3 que promulgaban sus maestros​​​​​Cruyff  Van Gaal, el nuevo entrenador del Celta comenzó evangelizando esta tradición de Can Barça en Tel Aviv, donde bajo la confianza de Jordi Cruyff combinó el sistema con la variante del 4-4-2 en rombo, enfocando el juego en la labor de sus centrocampistas. Una apuesta segura, cimentada en el control del balón, que le llevó a ganarse el cariño de las gradas de Bloomfield y a salir por la puerta grande un año y medio después de su llegada. En Inglaterra adaptó su dibujo predilecto al fútbol inglés, apostando 4-1-4-1 con un pivote de contención, dos medios adelantados y dos volantes para hacer del Brighton y del Watford dos de las revelaciones del campeonato británico. 

El 4-4-2 funcionó en el fútbol austriaco  en su etapa en el Red Bull Salzburg, donde dispuso de mediocentros de carácter defensivo como Minamino o Hwang. Sin embargo, la calidad de sus jugadores le permitió edificar en distintas ocasiones un esquema más ofensivo similar al 4-2-3-1. En Austria coincidió con un gran estado de forma del también exazulgrana Jonathan Soriano, hoy en las filas del Girona FC, principal artífice del campeón de la liga austriaca. Las mismas sensaciones de fútbol vistoso con el balón como protagonista, que busca implantar en su nueva etapa en Vigo, se plasmaron también en la pizarra del Saint Ettienne y el Olimpiakos, equipos a los que ha dirigido en las últimas dos campañas y a los que también ha dotado del esquema formado por tres centrocampistas, acuñando las distintas variables que incorpora la alineación.

En tierras gallegas, tal y como aseguraba el día de su presentación acompañado de los exfutbolistas Borja Oubiña y Mario Bermejo, quiere hacer buena su principal premisa de concebir el fútbol como un espectáculo. Para ello confiará a Iago Aspas la batuta del equipo, con el que acumula ya tres temporadas siendo el principal goleador nacional. Con la presión y la intensidad como bandera, en sintonía con el juego posicional que tanto defiende como técnico, el mayor de los hermanos García Junyent buscará dar en su preciado Camp Nou el primer golpe de un viaje que no ha hecho más que arrancar.