Y un año más, como mandan los cánones, Sevilla estuvo al estilo de Paco de Lucía, entre dos aguas. La ciudad hispalense vivió una doble división con la celebración de las elecciones y con una nueva edición de uno de los clásicos europeos por antonomasia. Los derbis son historias bien diferentes, las dinámicas de poco sirven, todo ha de ir al verde. Y es que no solo se jugaban tres puntos, estaba a debate el color de la capital de Andalucía. 

No obstante, aunque las rachas no sean un argumento de peso, el puesto de Rubi estaba más que en entredicho hacía casi dos semanas, pero Fekir salvó a su míster ante el Celta sobre la bocina, mientras que la defensa hizo lo propio con el Real Madrid, por lo que la mente heliopolitana de cara a este derbi estaba mucho más despejada. Al Sevilla solo le faltaban los tres puntos porque el buen juego desplegado con Valencia y Atlético de Madrid estaba ahí.

Buen inicio bético, posterior dominio sevillista

El Gran Derbi del fútbol español echó a rodar envuelto en un espectáculo de luces verdes y con un Villamarín dejándose los pulmones para alentar a sus chicos, que notaron ese impulso para entrar al partido con un mayor punto de intensidad que el combinado de Lopetegui, que se dedicó a esperar para luego tomar las riendas. Ya con el control del balón, el Sevilla comenzó a merodear el marco de Joel con un interesante testarazo de De Jong, que se impuso muy bien a Mandi en el salto. Los nervionenses infundían miedo en la Avenida de la Palmera y Nolito dio fe de ello con otro ensayo desde el pico del área que el meta local paró sin problemas. Sin embargo, a la tercera los hombres de rojo silenciarían el templo verdiblanco con el primero de la noche, en las botas de un imparable Ocampos que recogió un rechace de Mandi y luego fusiló a Joel

El ímpetu del Sevilla iba a más según pasaban los minutos y poco después del cero a uno Banega tuvo una más que jugosa opción de establecer el segundo en el luminoso, pero su chut tras una anterior dejada de Ocampos no vio puerta. El Betis no se quedó de brazos cruzados y dio la réplica pasado el ecuador en forma de volea de la mano de Fekir, de quien se esperaba más. Los pupilos de Lopetegui seguían percutiendo por el sector de Ocampos, llegando a tener el segundo Koundé en su cabeza tras un envío de Diego Carlos desde ese lado, mas el uno a uno hizo acto de presencia en el último suspiro del primer acto. El coliseo verdiblanco entró en éxtasis con la diana de Loren, que hizo buena la dejada de Emerson, quien superó muy bien a Koundé en el salto. Así las cosas, Hernández Hernández decretaba el fin de los primeros cuarentaicinco minutos, donde el Sevilla sometió al Betis durante mucho tiempo a base de buen juego. 

Tras el gol, sin sobresaltos

La escuadra de Lopetegui salió a la arena con la consigna de llevarse el choque sí o sí. Banega, que lideró al Sevilla en casi todas las parcelas -en especial en el centro del campo- y no sin antes deshacerse de tres rivales, allanó el terreno para la consecución de las tres unidades con un excelso pase al hueco que Luuk De Jong, que estaba llevando a cabo un trabajo digno de encomio, aprovechó con un tremendo zapatazo que quitó las telas de araña del marco bético. El reciente uno a dos dictaba que era el momento de finiquitar el choque y lo cierto es que casi lo consiguió De Jong, que remató con la testa un magnífico centro de Navas desde la derecha que se perdió por poco. 

Pese a ello, el Betis, sabedor de que el tiempo jugaba en su contra, empezó su asedio contra la portería de Vaclik, quien dejaría con la miel en los labios a la parroquia verdiblanca con una milagrosa salvada a un remate de Alex Moreno. Pasado el momento de la polémica -en relación a la acción en la que Diego Carlos parece golpear a Joaquín dentro del área-, el fútbol se siguió practicando con toda la normalidad del mundo, llegando el Sevilla disponer de una oportunidad más para el uno a tres nuevamente con Ocampos a los mandos. Con un Sevilla fuerte atrás y con un Betis a la desesperada en el descuento se bajó el telón del primer Gran Derbi de la campaña. 

Lopetegui aúpa al conjunto de Nervión entre los cuatro primeros y Rubi se va al parón de selecciones lindando con el descenso. 

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