No era un partido de Copa, pero podía haberlo sido perfectamente. El Estadio de Cartagena de las grandes noches recibía a un Barça adaptado a las circunstancias, y que llegaba a la región de Murcia con tan sólo seis futbolistas del primer equipo y un gran repertorio de nombres del filial. No importaba a quien sacara Ernesto Valverde de inicio, ni la cantidad de ausencias azulgranas, obligadas por el parón de selecciones, ni siquiera el frío. 14.000 locales hicieron acto de presencia en el partido benéfico en favor de los afectados de las inundaciones que arrasaban Cartagena hace poco más de un mes, un auténtico festín. Enfrente, una segunda unidad de un Barça que necesitaba reivindicarse, a la que se añadían los jugadores del filial dispuestos a sacarle una sonrisa al banquillo del primer equipo. 

Con un once en el que comparecían como titulares los seis convocados, -Neto Murara, Sergi Roberto, Piqué, Junior Firpo, Carles Aleñá y Ousmane Dembélé-, el Barça cumplió. Lo hizo sin esa exigencia que le ha llevado al liderato liguero, y gracias a los destellos de canteranos como Riqui Puig, Alejandro Marqués o Carles Pérez, para terminar imponiéndose por cero goles a dos. 

Riqui Puig coge las riendas

A pesar del motivo que escondía, el desplazamiento a Cartagonova no suponía una preocupación excesiva para el Barcelona, que a pesar de la necesidad de redimirse tras los últimos resultados, sabía que no sería en este escenario donde se le examinaría con lupa. Un once anómalo, en el que despuntaban nombres de primera línea como Gerard Piqué o Ousmane Dembelé, junto a otros menos habituales como Riqui Puig, Carles Aleñá o Álex Collado, saltaban al verde acompañados de una sonora ovación con la única premisa de no correr riesgos. No los corrió el elenco de Valverde, que depositó en la perla de la Masía, Riqui Puig, el tempo del partido. Tras un inicio animado por parte del conjunto local,  trató de incomodar a Neto en el día de su debut de la mano de Elady Zorrilla o Quim Araujo; el centrocampista culé se asentó en la medular para dirigir a los suyos. Lo hizo con esa calidad y ese toque que tanto le caracterizan, y por el que muchos quieren verle ya de corto en el Camp Nou.

El Barça llegaba a la meta de Esteve con excesiva facilidad, especialmente desde la derecha, dominada por el lateral del filial, Dani Morer. De él nacieron, aunque sin demasiada fortuna en la finalización, las principales incisiones del conjunto culé en el primer tiempo. El dominio culé, que venía principalmente de jugadores del B, hizo respirar a Valverde, que no dudó en reservar a Piqué y a Sergi Roberto antes del descanso para no correr riesgos. Y es que a pesar de las intentonas de ambos equipos, de la mano de Aleñá en clave culé y de Zorrilla para los albinegros, reinó la solidaridad que presidía el encuentro a lo largo de la primera mitad.

Carles Pérez y Marqués deciden para el Barça

El Cartagena, que había hecho buena en la primera mitad su categoría de equipo menos goleado en lo que va de temporada en Europa, habiendo encajado tan sólo dos goles hasta la fecha, retomó el partido con el mismo plan con el que lo inició. Un equipo sólido y defensivo en busca del contraataque ante un rival previsiblemente superior. Le funcionó al conjunto de Marc Martínez -conocedor del fútbol de la Masía-, hasta la mitad del segundo acto. Fue entonces cuando Riqui Puig encendió su lámpara en busca de ese cariño de Valverde al que tanto aspira. No le sobra talento al canterano, que como ya hiciera en el primer tiempo, se subió al equipo a sus espaldas para ofrecer uno de sus recitales desde la medular. Intentó servir, sin éxito, dos goles en bandeja a Alex Collado y Carles Pérez, con una conducción y una estética asistencia de volea. Sí llegó a buen fin minutos más tarde otro pase a Carles Pérez, quien en el minuto 63, lograba poner con su prodigiosa zurda el primer tanto de la fiesta.

También quiso apuntarse Carles Aleñá, que vio frenado el entusiasmo que imprimían sus dos disparos lejanos que no sorprendieron, por poco, al meta rival. Fue finalmente el venezolano Alejandro Marqués el encargado de decidir el encuentro, rematando a placer una de las incursiones del lateral zurdo Akieme, que ingresando en la segunda mitad, dio muestras de su velocidad y de su portento físico. Se certificaba así el cero a dos favorable al Barça de Valverde, sin apenas valor numérico, pero con sensaciones reforzadas en una auténtica fiesta de fútbol.