La semana empezaba movidita en los despachos del Real Racing Club. Iván Ania era destituido tras el empate in-extremis ante la Ponferradina, y con el escaso bagaje de una victoria en 15 encuentros. Pese a que por momentos el equipo ha practicado un juego eficaz, llegando a competir en la mayoría de los partidos, la fragilidad anímica y los momentos de desconexión eran cada vez más evidentes, lo que hacía dudar de la viabilidad del proyecto.

Desde el club se agradecía la profesionalidad de Iván Ania, deseándole suerte para futuros proyectos al entrenador que consiguió sacarles del "infierno" de la 2ªB tras cuatro años y la peor temporada de la historia del club. Se ha hablado de temas extradeportivos relacionados directamente con el entorno del ya ex-entrenador asturiano, pero no es el momento de caldear más el ambiente ante la ya de por sí controvertida situación del equipo. Si hubiera algo que comentar, mejor esperar a que se pronuncien los protagonistas. Lo que sí parece claro es que un cambio era necesario para tratar de enderezar el rumbo de esta plantilla a la que no terminan de acompañar los resultados. Mirar la clasificación (penúltimos, aunque a sólo una victoria de salir del descenso), seguro que no ayudaba a coger confianza a unos jugadores necesitados de victorias y "tranquilidad".

Por su parte, Cristóbal Parralo y su equipo técnico, llegan a Santander dispuestos a enderezar el rumbo deportivo del club. Chuti Molina ya contactó con él antes del partido ante la Ponfe para tantear la situación, y parece que el técnico andaluz se siente motivado y dispuesto a conseguir los 50 puntos que requiere la salvación. 

En su currículum como técnico destaca la labor realizada en el Deportivo Fabril (filial deportivista), donde consiguió el ascenso a Segunda B, aupándolo además a puestos de playoffs a Segunda, así como en el Alcorcón la pasada campaña, donde firmó la mejor primera vuelta de la historia del club (siendo varias jornadas líder), para al final luchar por la salvación tras un bajón deportivo (si bien se consiguió de forma relativamente holgada). 

Desde A Coruña hablan maravillas de él tanto deportiva como personalmente (algo vital para recuperar la moral de los jugadores y hacer que todos se sientan importantes), y ya sonó para coger las riendas del Deportivo tras el despido de Anquela. En Alcorcón, sin embargo, son más cautos debido a las dos caras tan opuestas que mostró el equipo en una misma temporada. 

Respecto al esquema de juego, el nuevo técnico apenas contará con tres sesiones de entrenamiento, por lo que no podrá hacer (en principio), grandes cambios en la alineación o sistema (al menos de momento). Según www.racinguismo.com, se ha ensayado un juego más directo desde la defensa (Óscar Gil podría incorporarse de nuevo a la dinámica competitiva), respetando el eje en el centro del campo, y con Cayarga por banda en detrimento de Cejudo. Kitoko podría ser el lateral izquierdo de emergencia, pese a que tanto Chus Puras como Íñigo Sainz-Maza, han entrenado con el primer equipo. Habrá que ver si los jugadores del filial entran  también en los planes de Cristóbal y con qué sorprende el domingo ante el Lugo (14º), en el Anxo Carro. 

Aún es pronto para ver grandes diferencias respecto a los partidos recientes. Sin embargo, parece que los mimbres deportivos están, y quizá con pequeños retoques, se pueda reforzar esa fragilidad defensiva y anímica para convertir al Racing en un equipo más ganador empezando desde atrás. En cualquier caso, este nuevo proyecto se presenta como una gran oportunidad para ambas partes de consolidarse en la categoría para, quizás en un futuro, poder mirar hacia otros lugares más altos de la clasificación.