Cristóbal Parralo se estrenaba como entrenador en el banquillo del Racing tras la destitución de Iván Ania, y lo hacía con un 11 que el mismo Iván podría haber firmado. 4-2-3-1 era el sistema elegido por el andaluz, el cual situaba a Nuha en punta, Yoda y Enzo por las bandas, Cejudo de 10, Mario y Toribio por el medio, y Carmona, Figueras, Alexis y Kitoko abajo junto a Luca.

Y el efecto Parralo se dejó ver, las consignas estaban claras, 4-4-2 con presión alta cuando se jugaba sin balón, compromiso defensivo y contras conducidas por las bandas fueron las principales características que se le vieron a un Racing que comenzó dominando el encuentro.

Un dominio que en el minuto 31 encontró recompensa tras varios avisos de los de arriba, Yoda adelantaba a los cántabros mediante una segunda jugada fruto de un córner a favor. Los de verde y blanco se sentían bien, la posesión, las jugadas de peligro y el dominio eran claramente a favor.

El descanso nos dejó a un Racing muy superior que supo meterse el ritmo del partido en el bolsillo durante toda la primera parte. Por otro lado, el Lugo no conseguía hacer daño mediante juego combinativo, por lo que los balones aéreos no hicieron más que sucederse sin demasiada fortuna.

Pero la historia interminable se repetía, y el Racing fue de más a menos, quien sin pasar por demasiados apuros controlando medianamente bien el juego, se dejó comer terreno y comenzó a tocar más en campo propio. A raíz de ello los locales igualaron el encuentro en el minuto 74 a balón parado. Barreiro de cabeza la ponía en la escuadra y dejaba a los visitantes en la lona, sin alma y reviviendo pesadillas de no hace tanto.

El enfrentamiento terminó con un 1-1 justo, ya que cada equipo se hizo dueño y señor de una parte. Comienzo agridulce para Cristóbal, el cual ha tenido un claro impacto en el planteamiento y juego de la plantilla, pero aún no ha llegado al desván para ahuyentar a los fantasmas del pasado que todavía hoy atormentan a los cántabros.

Siguiente partido frente al Extremadura en El Sardinero, Parralo entrará en comunión con su nueva afición y el excapitán del Racing, Borja Granero, regresará a la que fue su casa durante 5 temporadas.