21 de mayo de 2011 y 13 de mayo de 2012. Ciutat de Valencia y Coliseum Alfonso Pérez. Dos días y dos estadios grabados a fuego en la memoria de todo aficionado blanquillo. Dos días en los que el león gastó dos de sus ilimitadas vidas. Dos de sus balas en la recámara para continuar (al menos un año más) en la Primera División Española. En ellos se produjeron las dos salvaciones más recientes del Real Zaragoza, ambas históricas.

Salvación con suspense

Pese a que el partido tuvo lugar hace más de ocho años y medio, el Real Zaragoza logró la victoria definitiva del mismo hace apenas dos semanas tras la obsolución a los futbolistas acusados por amañar dicho encuentro.

Este partido corresponde a la salvación de la temporada 2010-2011. El Real Zaragoza, dirigido por Javier Aguirre, llegaba a la última jornada en posiciones de descenso, pero dependía de sí mismo para poder lograr la salvación. El conjunto maño visitaba a un Levante, que no se jugaba nada, acompañado por más de 11.000 aficionados blanquillos.

Los maños salieron a por todas, siendo conscientes de que ese día se jugaban mucho más que tres puntos o la pérdida de la categoría, se jugaban buena parte del futuro de la institución blanquilla. Los leones lograron la victoria (1-2) con un doblete del capitán Gabi y, por consiguiente, la salvación de la categoría. El Real Zaragoza fue capaz de romper la soga que llevaba atada al cuello para seguir respirando, y codeándose, en la élite del fútbol español.

Además, este encuentro se trató del último de Ander Herrera con la camiseta del Real Zaragoza antes de poner rumbo al Athletic de Bilbao, algo que sirvió como aliciente extra para conseguir la tan ansiada salvación.

El año del milagro

La segunda vuelta de la temporada 2011-12 fue asombrosa. El conjunto maño consiguió sumar 31 puntos en la segunda vuelta (43 en total) para lograr la hazaña de mantenerse en Primera División. Todo ello se debe en gran medida a un hombre, Manolo Jiménez, quien llegó a mitad de temporada para reflotar a un equipo y una afición que estaba más pendiente de los problemas de su presidente, Agapito Iglesias, que de su situación deportiva.

Todo el club vivía bajo el lema ‘Sí se puede’, con el objetivo de hacerlo realidad. El Real Zaragoza llegaba a la última jornada en puestos de descenso (sí, otra vez), dependiendo de sí mismo (sí, otra vez), y acompañado de más de 10.000 aficionados (sí, otra vez). En esta ocasión se trataba del Getafe, que tampoco que jugaba nada, en el Coliseum Alfonso Pérez. El lema se hizo realidad, sí se pudo.

El partido acabó 0-2 tras los goles de Apoño y Hélder Postiga, por lo que el Real Zaragoza logró la supervivencia y selló su continuidad en la categoría de oro. Tal y como afirmó el capitán maño Javier Paredes, la salvación fue “un milagro”.

Es cierto que está década que termina no ha sido la mejor del zaragocismo, puede incluso que se haya tratado de la más dura y desastrosa de la historia blanquilla. El club ha tenido que sobrevivir a tensas situaciones que incluso han hecho peligrar la existencia del mismo. Es por ello por lo que estas dos salvaciones constituyen uno de los momentos en los que el zaragocismo rugió con fuerza a lo largo de la década.

En definitiva, el Real Zaragoza ha demostrado que sí durante esta década no ha dejado de rugir, nunca dejará de hacerlo. El club tiene muchas vidas y además, ‘Zaragoza nunca se rinde’.

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