Después de firmar las tablas en el RCDE Stadium ante su máximo rival a nivel local, el elenco dirigido por Ernesto Valverde hacía las maletas para poner rumbo a Arabia Saudí. Yeda se vestía de gala para albergar la final four de la Supercopa de España y recibir al vigente campeón de la máxima categoría del fútbol español, al vigente campeón de la Copa del Rey y al segundo y tercer clasificado de LaLiga Santander de la pasada temporada. La expectación se ceñía en torno al King Abdullah Sports City, donde el pitido inicial apartaba a un lado el estigma social del clasismo de género y las mujeres saudíes observaban la batalla a pie de campo protagonizada por el Fútbol Club Barcelona y el Club Atlético de Madrid.

La ciudad más abierta de Arabia Saudí era testigo de uno de los partidos más clásicos de la competición liguera española y con José Luis González González asumiendo el rol de responsable de dictar una sentencia definitiva traducida en billete para acompañar al Real Madrid Club de Fútbol en la final que este domingo, 12 de enero, dirimirá quién es el ganador del primer título de 2020. Azulgranas y rojiblancos se batían en duelo ante los aficionados saudíes, que protagonizaron un sorprendente abucheo sobre la figura de Ernesto Valverde, pero ovacionaron a Leo Messi en todas y cada una de las jugadas protagonizadas por el astro argentino, estando entre ellas el gol que ponía el 1-1 en el marcador.

Una primera parte con el juego atrancado por el "cerrojazo" rojiblanco

El escuadrón rojiblanco, con Diego Pablo Simeone a la cabeza, saltaba al césped del King Abdullah Sports City siendo fiel a su filosofía de juego. Con la solidez que le caracteriza en su zaga defensiva como premisa, los rojiblancos cerraban filas ante la estampida azulgrana para pelear por hacer del derbi madrileño una realidad en la final de la Supercopa de España.

Lo que empezó siendo una lucha a partes iguales, terminó siendo un monólogo del Fútbol Club Barcelona, aunque totalmente eclipsado por las buenas intervenciones en defensa protagonizadas por Renan Lodi, Stefan Savić, Felipe Augusto de Almeida y Kieran Trippier. Ni las percusiones por la banda derecha de Sergi Roberto, ni el dominio del esférico de Sergio Busquets, que completó, una vez más, una de sus mejores actuaciones sobre territorio saudí, percutieron en los planes del Club Atlético de Madrid.

Para Ernesto Valverde, el duelo llevado a cabo sobre el césped del complejo deportivo saudí era un partido para superar sus registros al frente del banquillo azulgrana. Dirigiendo el cuarto partido de Supercopa de España, el técnico cacereño apostaba por un once inicial con una nueva referencia en la medular. Arturo Vidal era el elegido para suplir al entonces elegido, Ivan Rakitić, y acompañar a Frenkie de Jong y Sergio Busquets en el engranaje. A su vez, sorprendía la presencia de Samuel Umtiti en la zaga defensiva, que después de llevar un buen tiempo sin jugar, sustituía a Clément Lenglet y formaba pareja de centrales con Gerard Piqué. Por su parte, el Club Atlético de Madrid salía con todas sus armas, pero sin la presencia de su capitán, Koke Resurrección, que más tarde protagonizaría uno de los cambios al regresar a los terrenos de juego tras una lesión. Además, el técnico del elenco azulgrana celebraba sus 145 partidos como técnico culé, dejando atrás 97 victorias, 32 empates, 15 derrotas, 337 goles convertidos y 125 tantos encajados.

Las intervenciones de Jan Oblak y Norberto Murara, titular bajo palos en la portería azulgrana ante la ausencia de Marc-André ter Stegen en la convocatoria por lesión, y el infortunio, a su vez inhibido por la solidez defensiva rojiblanca, dejaban el 0-0 en el marcador y todo por decidir para la segunda mitad. Ahí, el Fútbol Club Barcelona se puso como meta seguir con la misma intensidad, salir con algo más de profundidad, abrir el juego por bandas y meter al conjunto rojiblanco en su área para aprovechar su imprecisión en las combinaciones cortas.

Gol tempranero en la segunda parte y puja aguerrida

La segunda parte comenzaba mal para el Fútbol Club Barcelona. Los de Ernesto Valverde, que saltaban al césped del King Abdullah Sports City con la mente puesta en pujar fuerte por conseguir el billete para enfrentarse a su máximo rival en la final de la Supercopa de España, se veían sorprendidos por los rojiblancos cuando protagonizaban la primera llegada al área de Norberto Murara y conseguían abrir el marcador. Era Koke Resurrección, recién salido al terreno de juego tras haber pasado por una lesión, el encargado de poner el 0-1 a favor de los rojiblancos y el que desencadenaba una oleada de reacciones de cara a portería.

Era Leo Messi el que, con la derecha, desde dentro del área y por la derecha de Jan Oblak, firmaba las tablas en el marcador aprovechando una asistencia de Luis Suárez. A partir de ahí, el VAR cobraría protagonismo. En el minuto 60, el segundo gol de los azulgranas era anulado y José Luis González González decidía mantener el 1-1 en el marcador. Ni la presión, ni las buenas percusiones de Luis Suárez en el área, que acechó con sus disparos a bocajarro sirvieron para que el Fútbol Club Barcelona echara su firme candidatura a la victoria y a la final del próximo domingo. Más que una semifinal, el partido parecía una final por la intensidad palpable. El 2-1 conseguido por Antoine Griezmann dejaba el partido en el aire a 10 minutos para el final, pero el penalti pitado en el minuto 80 era transformado por Álvaro Morata en el 81' de partido. Entonces, Ángel Correa dictaría la sentencia definitiva sobre territorio saudí y anularía por completo las pretensiones de los azulgranas, confiados hasta el final, aunque con el tiempo en su contra.

El próximo duelo

Con la victoria rojiblanca, el Fútbol Club Barcelona se despedía de la primera fase final con formato a cuatro de la historia de la Supercopa de España y daba lugar al derbi madrileño en la final. Con mucho que hacerse mirar y el momento de hacer autocrítica ciñéndose sobre la plantilla y Ernesto Valverde, que acumulaba otra derrota más en la competición nacional, el escuadrón azulgrana hacía las maletas para regresar a España y afrontar la preparación para el próximo compromiso liguero, correspondiente al inicio de la segunda vuelta. El próximo 19 de enero, el Granada Club de Fútbol visitará el Camp Nou y el escuadrón azulgrana tiene por delante el reto de revalidar el título de vigente campeón consiguiendo o mejorando los registros que le han hecho ser líder en el tramo de invierno.

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