Tras una paupérrima campaña anterior, con dos técnicos destituidos, una llamada de Florentino Pérez hizo captar de nuevo la atención del técnico francés, que con gusto se incorporó en la entidad blanca.

Una campaña a todas voces conocidas transitoria, en la que la salida de su máxima estrella (Cristiano Ronaldo), no fue motivo al parecer suficiente para encontrar un relevo de condiciones en el mercado de fichajes.

Claras eran las condiciones de un Zidane que volvía a Chamartín en búsqueda de una plantilla más completa y competitiva. 

Refuerzos veraniegos

La apertura del mercado de fichajes no tardó en llegar, al igual que unos refuerzos que ya parecían estar cerrados con una antelación más que prudente. La principal premisa del club fue cerrar una ventana de fichajes a una temprana fecha con la finalidad de comenzar con un planeamiento deportivo acorde a las adaptaciones necesarias.

Llegó por fin aquella estrella que el Bernabéu tanto ansiaba de vuelta por el verde con la transferencia de un Eden Hazard que llevaba años siendo la estrella del Chelsea y el mejor jugador de la Premier.

Otros refuerzos de calidad que además completaban y cerraban una plantilla como Militao, Mendy, Luka Jovic o Rodrygo. Todos ellos con un rol predefinido de suplente de garantías con búsqueda de protagonismo.

Las primeras dudas de Zidane

Llegó un campo de pruebas perfecto para que el francés pusiera en rodaje a un equipo que contaba con piezas nuevas. En una pre-temporada convulsa, el técnico no sacó nada en clave más que defectos por pulir.

El equipo contaba con grandes desconciertos en materia defensiva y ofensiva, siendo de una mayor preocupación los primeros. Zidane, que se percató de esta situación, probó con cambios de sistema hacia uno con tres centrales en vistas a paliar dichos defectos. Unos errores que vistos a la luz no podían ser arreglados con la tercera incorporación de un defensa central.  

Es el tiempo el que ha acabado por darle la razón a Zidane, quien en una prueba de ensayo y error, terminó por construir un equipo que con las bases ya definidas en sistema y juego, acabó en lo que es actualmente: un equipo sólido.

La pizarra del técnico: el análisis

Bien nombrada antes unas dudas con las que el entrenador del conjunto blanco acarreaba consigo, siempre fue claro con su idea de juego, y más efectiva o no en ciertos casos, ha sabido plasmarla con una idea de fútbol-control que prioritariamente está llevando a cabo.

Partimos de su clásico 4-3-3 como esquema clásico. Dos centrales y dos laterales que se alzan al ataque, siempre cubiertos atrás por un Casemiro que completa las ayudas defensivas y otorga ese equilibrio necesario. Unos laterales que siempre deben recuperar su posición y que lo hacen con excelencia por su velocidad. En el centro del campo, la solidez defensiva es hallada en un Casemiro ya nombrado y un Fede Valverde que contribuye con su esfuerzo, liberando a un Toni Kroos que es menos exigido en materia defensiva y puede organizar el juego de todo un equipo.

Bien es cierto que debido a lesiones y a la amplitud de plantilla no hay un tridente claro, Eden Hazard con su desborde y el juego más cuantía de gol de Karim Benzema son fijos en condiciones normales, hay un tercer hueco para otro jugador con nombre variable. 

Los de Zidane quieren controlar el partido y en ello es primordial la tarea en organización de Kroos. Un balón que siempre quieren en posición y es por ello de suma importancia la presión asfixiante que como equipo realizan en unas líneas altas que no dejan al equipo rival salir con el balón controlado. Es por ello que Fede Valverde cuenta más que un Luka Modric, al que se está dosificando y que, debido a su edad, no puede contribuir en tanto esfuerzo como el que el "pajarito" despliega sobre el verde. Los extremos, fundamentales para salir en carrera con su velocidad punta y un desborde fundamental para plantarse en situaciones de gol con claras oportunidades, mientras que el punta suele bajar a recibir y entrar en contacto con un juego que el mismo dirige, como se puede decir, Karim crea y finaliza.

Plantilla amplia, llena de variables

A pesar de que la idea general de equipo está predefinida, los 11 jugadores titulares suelen variar dependiendo del contexto o la situación por la que esté atravesando el equipo.

Actualmente y con tres bajas en ataque como son Hazard, Benzema y Bale, el técnico ha sorprendido con la entrada de Isco y Modric formando un 4-5-1 con Luka Jovic como único punta. Pese a que el serbio no entró mucho en juego, el equipo dio un recital de fútbol con el control que te permite tener cinco hombres en el centro del campo. 

Es importante y de buen grado conocer que pese a los contratiempos que el equipo pueda sufrir, el técnico tiene el conocimiento posible para garantizar el funcionamiento de una plantilla extensa con multitud de opciones que te permiten sacar lo máximo de sus jugadores. Por otro lado cabe mencionar la gran labor de un Zidane como gestor de todo un vestuario, sabiendo como regular los minutos de unos futbolistas a los que debe mantener enchufados para poder jugar a lo que sea necesario y poder contar con cada uno de ellos.

Carencias por mejorar

Si bien hablamos del Real Madrid como uno que supo recomponerse de sus fallos en materia defensiva, la falta de contundencia de cara a gol es una de las carencias que más puntos ha hecho perder al club blanco. La poca eficiencia de jugadores como Jovic, Hazard, Vinicius o Bale, ha hecho que sea Benzema el referente ofensivo de este equipo. Un problema que tarde o temprano debe solucionar si quiere aspirar a nuevos títulos, y es que los partidos se ganan con nada más que goles.