Se avecinan cambios en un Real Madrid que ha salido reforzado del nuevo formato de la Supercopa de España. Tras haber superado a Valencia primero, y Atlético de Madrid después, el Real Madrid está preparado para afrontar la regularidad que lleva implícita la competición doméstica. Con un cambio de sistema evidente en el que la medular se convierte en la línea del juego más importante, los blancos han sabido responder a las necesidades, obligadas algunas, del equipo. 

Las ausencias de Karim Benzema, Gareth Bale, Marco Asensio y Eden Hazard preocuparon en exceso a una parroquia madridista que tiene motivos para sonreír después de haber levantado el primer título oficial del año 2020. Fue Zidane el encargado de disimular las ausencias importantes de su equipo en este novedoso torneo que ya tiene a su primer campeón: un conjunto que no ganó la Copa del Rey y que tampoco hizo lo propio con la Liga Santander. El técnico francés supo paliar las bajas, en concreto, de Benzema y Hazard, introduciendo una variante táctica que sorprendió en la semifinal disputada frente al Valencia en Yeda. Cinco centrocampistas y un único punta como solución a todos los problemas y carencias de un equipo en continuo crecimiento. El sacrificio de Casemiro, la calidad de Kroos y Modric, la imaginación y creatividad de Isco y la entrega de un Fede Valverde estelar. Y arriba, Jovic ante la que podía ser su primera gran oportunidad desde que hace escasos meses se enfundase por primera vez la elástica blanca. 

Luka Jovic y Luka Modric con el título conquistado por el Real Madrid | Foto: www.realmadrid.com
Luka Jovic y Luka Modric con el título conquistado por el Real Madrid | Foto: www.realmadrid.com

El encuentro frente al Valencia se convirtió en la prueba definitiva para que toda una parroquia merengue se cerciorase de la efectividad de lo que sobre el verde se veía como un 4-5-1. La final ante el Atlético de Madrid transformó el cambio de sistema en una solución real a los problemas, en ataque sobre todo, de un Real Madrid que había encontrado la calma y la comodidad en los cinco 'todocampistas'. Pese al empate cosechado a la conclusión del tiempo reglamentario frente al Atlético de Madrid del Cholo Simeone y compañía, el Real Madrid ha encontrado la estabilidad defensiva en un nuevo sistema en el que prima el trabajo. 

En la final frente al cuadro rojiblanco, Jovic pudo verse solo en algunos momentos, por lo que Zidane optó por deshacer el dibujo con cinco jugadores en la medular dando entrada a Rodrygo Goes y retirando del terreno de juego a un Isco que no mostró su mejor versión. La entrada del extremo carioca no cambió la tónica de un partido condenado a decidirse desde los once metros. Envueltos en una dinámica de cambios y sustituciones, Jovic fue el siguiente en abandonar el césped del King Abdullah Sports City para dejar su sitio a Mariano, quien en verano parecía tener las horas contadas en la capital española. El cambio de delantero no afectó en nada a los intereses de ninguno de los dos conjuntos y los penaltis pasaron de ser un espejismo, a una realidad. 

Carvajal, encargado de lanzar y anotar el primer penalti del Real Madrid | Foto: www.realmadrid.com
Carvajal, encargado de lanzar y anotar el primer penalti del Real Madrid | Foto: www.realmadrid.com

Con la tanda de penaltis concluida y con el Real Madrid saliendo de Yeda como campeón de la Supercopa de España, el cambio de sistema cobró una importancia mayor y pasó a ser una realidad más trascendente que nunca. El novedoso dibujo que Zinedine Zidane presentó en territorio saudí fue un acierto, de principio a fin. Además, Fede Valverde, una de las sensaciones del inicio liguero del Real Madrid, fue coronado como MVP del torneo. 

En el horizonte se encuentra el enfrentamiento ante el Sevilla, una nueva e importante piedra de toque en el camino de un Real Madrid consciente de que es el rival a batir. Los pupilos de Zidane buscarán prorrogar su buen momento de forma a una competición que premia la regularidad y la constancia, la doméstica. Contra el equipo hispalense, Zidane volverá a acusar las bajas de jugadores importantes, por lo que la probabilidad de ver sobre el césped del Bernabéu a más de tres centrocampistas es alta. El viejo y previsible 4-3-3 ya es historia en Chamartín.