La temporada para el club malaguista está siendo una auténtica decepción para todo el personal vinculado al club: los trabajadores internos ante la incertidumbre profesional de saber si van a continuar en sus puestos de trabajo en virtud a las decisiones que pueda tomar el propietario y el director general, el cuerpo técnico y jugadores ante una plantilla descompensada que implica que en muchas jornadas se haya rozado la ilegalidad en convocatorias y equipo titular debido a la falta de fichas profesionales y, por último, la afición que demasiado hace por aguantar todo lo que le ocurre al club e intentar dar fuerzas al equipo para que se sienta respaldado.

La dificultad de conseguir una victoria en una categoría tan competitiva como es la Segunda División es evidente, donde una victoria del colista ante el líder, por poner un ejemplo, no causa tanta sorpresa. El Málaga CF se encuentra sorprendentemente esta temporada luchando por los puestos de descenso a la categoría de bronce, aunque algunos no quieran aceptarlo y todavía no renieguen de que pueda llegar el equipo a los puestos de la zona alta donde otros se disputan los puestos de promoción y ascenso directo.

Foto: www.laliga.com
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La situación extradeportiva vivida en la actualidad que ha implicado, entre otras cuestiones, el nombramiento actual de Pellicer como entrenador interino del Málaga CF hace que cada victoria para el equipo sea un botín de oro obtenido para poder alcanzar cuanto antes la cifra de cincuenta puntos que implica, teóricamente, mantener la categoría. En el partido disputado el pasado domingo en La Rosaleda ante el CD Mirandés el equipo comenzó adelantándose en el marcador merced a un gol obtenido desde el punto de penalti por parte de Adrián, que reapareció como titular después de estar ausente durante varias jornadas por lesión. 

Con el 1-0 en el marcador, en los primeros minutos de la segunda parte Munir recibió el esférico en su área desde la defensa y se durmió intentando un regateo o despeje, aprovechando el visitante De Sousa para meter el pie y lograr el empate;  se había tirado todo el esfuerzo y buen juego de la primera parte de los locales dejándose empatar. Esta acción, que no se puede permitir por parte de un portero profesional, metía en el partido a los visitantes. Los minutos siguientes fueron de pitidos, por primera vez en la temporada en La Rosaleda, a un jugador del equipo local de forma continuada cada vez que tocaba el balón, esto es, al internacional marroquí. Como quiera que la afición se dio cuenta que esto era contrario a sus intereses, se reaccionó desde la grada y se escucharon aplausos para animar al jugador.  Es más lógico apoyar durante el partido y al final del mismo protestar por parte del público.

Foto: www.laliga.com
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Diez minutos después, no obstante, del "regalo" de Munir el equipo local se repuso y volvió a adelantarse en el marcador merced a un gran centro de Hicham y espectacular definición del goleador Sadiku. En este momento el equipo "solucionaba" el error del guardameta y debió hacerse fuerte defensivamente, no dejando huecos ni permitir ocasiones. Pero, otra vez, un doble error infantil de Juankar donde le ganaron la espalda para recibir un jugador visitante el esférico y, posteriormente, metió la pierna dentro del área (incomprensiblemente) tras recorte del rival. 

Se vio el segundo error grave cometido, por dos jugadores locales, en un intervalo  de veinticinco minutos. Por dos veces se puso por delante los blanquiazules y, por errores de concentración y exceso de confianza, se dejó empatar ante un rival que había jugado apenas hace tres días una partido muy exigente de Copa del Rey, con prórroga incluida, y que se llevaba un valioso punto.

El equipo debe jugar con seguridad y, con el marcador a favor, saber jugar con los tiempos y con jugadores que muestren su madurez sobre el terreno de juego y mantener el resultado. El equipo, aún manteniéndose nueve partidos invictos,  no obtiene distanciarse de la zona baja debido a que logra muchos empates en los partidos disputados. Ya no vale mantenerse invicto, vale ganar... y no cometer errores de principiantes.