No atraviesa su mejor momento uno de los conjuntos históricos de la máxima competición española. Si bien el Deportivo Alavés de los Theo Hernández, Marcos Llorente o Ibai Gómez marcó tendencia hace unas campañas alcanzando la final de la Copa del Rey, el Glorioso de ahora ha perdido parte de su esencia. No obstante, son muchos los motivos para creer en un equipo que ha ido de más a menos. 

Un nuevo comienzo

La llegada de Asier Garitano y las ilusionantes contrataciones de jugadores como Aleix Vidal Lucas Pérez o Joselu supuso una inyección de confianza y esperanza para toda la parroquia gasteiztarra que añora aquel juego de antaño que tan lejos llegó y que a tantos sorprendió. La temporada 2019/2020, hace unos meses, tenía un aroma diferente. Acostumbrados, y quizá anclados a un juego inerte e infructuoso, los fichajes aportaron savia fresca y nueva, ingredientes indispensables para encender, activar e ilusionar a una de las hinchadas más insistentes y fieles de LaLiga Santander, la alavesa. No hacía falta nada más. En Vitoria-Gasteiz se es feliz con poco. 

Aleix Vidal y Lucas Pérez | Foto: LaLiga Santander
Aleix Vidal y Lucas Pérez | Foto: LaLiga Santander

El esférico echó a rodar y el fútbol comenzó a llegar a todos los rincones de Mendizorroza. El aroma ya no era desconocido, sino agradable, pues vino acompañado de triunfos de mérito y trabajados; los que más gustan a los aficionados del Glorioso. Joselu y Lucas Pérez hicieron olvidar a Calleri y Borja Bastón, la pareja de moda hace un par de campañas en la capital vasca. Los dos nuevos puntas del Deportivo Alavés pronto demostraron a qué y para qué habían llegado a las filas del cuadro babazorro. Los goles comenzaron a llegar a Mendizorroza con sus firmas serigrafiadas, lo que se convirtió en una tradición durante el primer tramo del curso. La ilusión había vuelto, esta vez para quedarse. O eso parecía. 

La debacle en Copa, un bache importante

Tras un arranque excepcional y casi impecable para un club modesto como el Deportivo Alavés, los baches determinaron el rumbo de un conjunto condenado a perder a sus principales sustentos. Primero, la lesión de Tomás Pina supuso un jarro de agua fría para Asier Garitano. El pivote español era un fijo, una bombona de oxígeno en el centro del campo, un salvavidas para sus compañeros, pero cayó lesionado. Manu García y Wakaso, los encargados de paliar las carencias existentes, sobre todo, en la medular. Con un Pere Pons desaparecido y relegado al banquillo casi desde el minuto uno, el capitán y el ghanés se multiplicaron en una demarcación escasa en efectivos. 

Wakaso y Arambarri pugnan por un balón | Foto: LaLiga Santander
Wakaso y Arambarri pugnan por un balón | Foto: LaLiga Santander

La lesión de Pina no fue el único escollo en el camino de una posición maldita en Vitoria-Gasteiz. Otra mala noticia llegó desde China hace unas semanas. Wakaso Mubarak abandonó el barco albiazul y puso rumbo a la Superliga China. Segundo palo consecutivo para Garitano y para las esperanzas de toda una ciudad. 

La debacle y el mal momento se extrapolaron a la Copa del Rey, tierra conocida para el Glorioso. El Real Jaén se convirtió en la primera piedra de toque en la travesía que siempre acostumbra a ser este renovado formato de competición a eliminatoria única; algo que a posteriori supuso un nuevo bofetón de realidad para los vitorianos. Los jienenses se comieron a un Deportivo Alavés estéril en ataque y certificaron una de las sorpresas del año. 

Real Jaén 3-1 Deportivo Alavés | Foto: Real Jaén
Real Jaén 3-1 Deportivo Alavés | Foto: Real Jaén

Con el mercado de fichajes invernal apareció una nueva oportunidad para un conjunto con licencia para soñar, pero, al mismo tiempo, abonado al sufrimiento campaña tras campaña, partido tras partido. Ismael Gutiérrez fue el primero y Víctor Camarasa volvió a casa, al verde sobre el que desplegó su mejor fútbol. Con dos incorporaciones reforzando la zona menos poblada y más pobre del equipo, la ilusión continuó intacta. Mendizorroza siempre va a confiar en los suyos. 

La debacle copera ya es historia en las filas del conjunto vasco. Centrados en la liga, los pupilos de Asier Garitano se enfundaron el mono de trabajo y se pusieron manos a la obra. El partido (y el triunfo) frente al Levante UD de Paco López  implicó un antes y un después. Supuso dejar atrás los puestos de descenso a ocho puntos. La tranquilidad transformada en un número. 

La afición albiazul, una de las claves del éxito | Foto: Jon Izarra (Deportivo Alavés)
La afición albiazul, una de las claves del éxito | Foto: Jon Izarra (Deportivo Alavés)

Con una montaña rusa de emociones y acontecimientos a las espaldas, el Deportivo Alavés continúa su camino en LaLiga Santander. Siempre acompañado de su fiel parroquia albiazul, con la certeza de que, por mucho que dure y por muy fuerte que sea la tormenta, siempre irán en volandas.