Cuando aceptó el desafio, Quique Setién sabía que su llegada al Camp Nou sería una doble contrarreloj. Contra sí mismo y contra sus rivales. Un doble desafio, el de recuperar "el estilo" y el de ganarlo todo en apenas cinco meses de competición, que nada más arrancar ya ha tomado la presión del exigente público del Camp Nou.

Ante el Getafe de José Bordalás, que demostró con creces el porqué de su tercera posición en la tabla liguera, el Barça se limitó a ir a por el segundo objetivo, y que debería ser primordial si lo que se quiere es luchar por la liga que preside el Real Madrid: ir a por los tres puntos. Tres puntos que nuevamente resultaron de oro frente a un rival incómodo, y que se ganaron con un buen juego condimentado con una gran dosis de sufrimiento. Antoine Griezmann y Sergi Roberto propiciaron que el Barça pudiera permitirse una última media hora de agobio sin ver en peligro su victoria, pero no libraron al conjunto culé de ganarse los silbidos de parte de su afición.

El Barça supera al "efecto Bordalás"

Sobre el Camp Nou se vieron las caras dos versiones casi antagónicas del fútbol moderno. O lo que es lo mismo, los cuadros de Quique Setién y José Bordalás, que ya han palpado sus diferencias futbolísticas en una notoria enemistad fuera de los terrenos de juego. Y es que Barcelona y Getafe salieron al verde como el perro y el gato. Por un lado los azulgrana, que presumían del regreso de Frenkie de Jong a la medular y de la recuperación de Gerard Piqué, trataron en todo momento de reinar a través de una ordenada salida del balón, y por otro, el conjunto azulón, con Ángel como principal referencia, no cesó en su intento de buscarle constantemente las cosquillas. 

Ese agobio, fruto de una intensa presión sobre el rival, es el que ha llevado a los hombres de Bordalás a quedarse en la tercera plaza del campeonato nacional y concretarse como una de las sensaciones del fútbol nacional, y el que incomodó desde el principio al Barcelona. Pudo de hecho, el conjunto madrileño adelantarse en el marcador por un tanto anulado a Nyom, que se apoyó en Samuel Umtiti viéndolo el VAR. Pero entonces aparecieron Messi y Griezmann y todo cambió. Dando un paso atrás en facetas defensivas, el Getafe recibió el primer tanto azulgrana, obra del francés, que recibía del "10", en una nueva asistencia del astro argentino.

Ya sin Jordi Alba por la izquierda, que cayó lesionado dejando su lugar a un notable Junior Firpo, el Barça se apresuró a rematar el partido en la primera mitad. Fue precisamente el nacional español el encargado de servir a Sergi Roberto el 2 a 0 para culminar una buena jugada colectiva, comandada por el brasileño Arthur Melo.

Ángel recorta y el Getafe aprieta

El Barça ha puesto en Ángel sus ojos de cara a la búsqueda del nueve, y el tinerfeño responde a la mirada mostrando su insaciable apetito de cara al gol. Con una magnífica volea, el máximo pretendiente culé puso en dudas el partido de los de Quique Setién y metió el miedo en el marco de Marc André Ter Stegen. Un gol, el 2 a 1, que dió alas al Getafe para crecerse en la recta final del partido que el Barça trató de controlar acaparando con paciencia el balón, pero en la que sin embargo el conjunto culé acabaría pidiendo la hora.

Los de Bordalás, aúpados por su insistencia, no cesaron en ningún momento de morder a los pupilos de Quique Setién, que contaban los minutos para que el árbitro dictase el final del partido y se certificaran los tres puntos. Intentó el Barça, sin embargo de sentenciar el choque por medio de un indeciso Antoine Griezmann, que tuvo dos claras ocasiones en la fase final. Tampoco estuvo fortuito de cara al gol, como tampoco lo ha estado en los últimos compromisos un Leo Messi que no se creía la imbatibilidad de Soria, ni tampoco algunos de los pitidos que amenazaban en el Camp Nou tras lograr una nueva victoria poco convincente.