Era el partido que había que hacer. 1-0, cero tiros a puerta de un equipo que marca en todos sus partidos, todos concentrados en cada jugada, en cada minuto hasta que el árbitro pitó el final en el minuto 94, jugando a uno/dos toques, sabedores de la peligrosidad de un rival que no perdona un despiste. Sin embargo, ningún atlético ha de pensar que hay algo hecho, se ha dado un gran paso, pero queda un infierno en Anfield. Nunca dejes de creer.

Se empezó ganando desde la previa

Tópico, pero realidad. Desde la quedada a las 19:00 horas en los aledaños del Metropolitano se sentía algo diferente, sensación de un partido grande, contra el mejor equipo del mundo, y siendo el Atlético de Madrid, todo era posible.

El himno retumbaba 'a capella' mientras los jugadores aguardaban su entrada al coliseo rojiblanco. Empezaba un batalla que quedaría para la historia.

Comenzaron los primeros minutos del encuentro con un Atlético de Madrid volcado, consciente del plan a llevar a cabo, y como resultado se vio a un Liverpool que parecía no haber salido del túnel de vestuarios. Con esto, llegó un córner, y tras un rechace fortuito de Fabinho, un balón muerto dentro del área chica fue rematado por Saúl, que la mandó a guardar.

Sin embargo, a partir del minuto diez se vio al Liverpool de la Premier, dominante en el juego con balón y ahogando al rival en la presión tras pérdida, transformando su alineación y llegando por momentos a tener cinco atacantes con los laterales muy abiertos, pegados a la línea de cal, con Salah-Firmino-Mané flotando entre ellos y defensa de tres con Fabinho entre centrales. Rondaban continuamente las cercanías del área de Oblak, pero sin llegar a crear verdadero peligro.

Mientras, el Atleti intentaba cazar alguna contra aislada, y así fue. Un balón mal rechazado por Van Dijk, tras un pelotazo, fue recogido por Morata que sorteó a Fabinho con un recorte, y casi materializa el segundo si no hubiera sido por la intervención de Allison Bécquer, el partido estaba jugándose como había que hacerlo.

Poco más que resaltar en los primeros minutos a excepción de un tiro de Salah desde el punto de penalti repelido por Felipe, una vez más, extraordinario durante todo el encuentro.

Segundo asalto, historia parecida

Al inicio del segundo tiempo se vio un Liverpool más ofensivo, con la necesidad de marcar un gol para encarar la vuelta más tranquilos y se notó. Con llegadas continuas y presión asfixiante, los de Merseyside lograron poner en ciertos apuros al conjunto rojiblanco, siendo las oportunidades más claras un cabezazo de Salah a pocos centímetros del poste, y un remate de Henderson tras centro de Divock Origi, que entró sustituyendo a Mané en el descanso; por cierto, futbolista que acabó desquiciado y con amarilla y, posiblemente, de ahí su sustitución en el descanso.

Los jugadores, el entrenador y la afición atlética, entendieron que ese era el partido que tenían que hacer, y esperaron para realizar contras y poder engrosar el resultado. La más evidente fue la de Morata tras centro de Lodi que, lamentablemente, se resbaló al intentar rematar el esférico.

Poco más destacable en una segunda parte tensa y trepidante, donde predominaba el juego y los balones divididos en la media cancha. Remarcar la vuelta de Diego Costa a los terrenos de juego, un futbolista esencial para encarar los partidos venideros y, por supuesto, la vuelta en Anfield dentro de tres semanas.

Finalmente, el Atleti logró el objetivo: ganar y no encajar, y algo muy importante, los 'scousers' no lograron tirar entre los tres palos durante todo el partido

Don Renan Augusto Lodi dos Santos

Bien es sabido el rendimiento de Felipe durante toda la temporada, como Oblak es un seguro bajo palos, y cómo ha rendido todo el equipo desde el primero hasta el último; sin embargo, cabe mencionar el partidazo con mayúsculas del lateral brasileño.

Defensivamente fue un muro, secó a Salah en una banda complicadísima con incorporaciones de Trent Alexander-Arnold, supo en todo momento cómo defender a ambos con ayudas de Lemar en el primer tiempo, y Koke en el segundo. Tácticamente perfecto, siempre en línea con la defensa y compaginándose muy bien con sus compañeros. Y, por último, ofensivamente extraordinario, sabiendo cuándo subir, cómo hacerlo, y siendo ese lateral incisivo que pide un equipo como el Atlético de Madrid. 

Tal vez peque de extremo, pero recordó al mejor Filipe Luis de los grandes partidos. Verdaderamente un paso de gigante el que ha dado el de São Paulo para conseguir su titularidad.

Pero ante todo, calma

Aún queda un partido vibrante, trepidante y emocionante en el que se perderán años de vida, cuero cabelludo y puede que se necesite de asistencia sanitaria para encararlo.

Espera un infierno en Anfield, uno de los estadios más difíciles del mundo, donde cosas que parecen imposibles son posibles. El partido de vuelta será contra el equipo que ha logrado las mayores remontadas en final y semifinal. No hay nada hecho y necesitan marcar allí para pasar la eliminatoria. Hayque ir sabiendo que la eliminatoria no está, para nada, cerrada y queda mucho trabajo por hacer.

El Atlético de Madrid debe mirar su camiseta, ponerse el mono de trabajo, y la afición preparar sus gargantas... que en tres semanas librarán una batalla histórica y que los colchoneros esperan que acabe con final feliz.

Afición de diez

​​​​​​​No puede acabarse la crónica de un partido sin analizar todos los factores que han llevado al Atlético a la consecución de esta valiosa victoria, y sin duda un elemento fundamental fue la afición.

Esta afición que nunca defrauda, que siempre cree en partidos así, y que se dejaron las gargantas desde la quedada en la rotonda del Metropolitano. Eso que se vivió anoche en el Metropolitano es la forma que tienen los atléticos de vivir el día a día: apoyando siempre a los suyos, y cuando peor están, animarlos y ayudarles a salir del pozo, y trabajar, insistir y persistir hasta conseguirlo. Esto es el Atleti.