Hay ocasiones en las que la clave no pasa por mantener un gran rendimiento, sino en saber adaptarse a lo que pide cada partido. Los de Lopetegui supieron lograrlo y pasaron por arriba a uno de los equipos de mejor presente en Europa.

Justo resultado ante el desarrollo del encuentro. El Getafe venía mostrando su mejor cara, mas no supo adaptarse al encuentro en ningún momento y eso fue reflejado en la escasa generación de fútbol y la falta de ocasiones.

El encuentro comenzó con el Sevilla creando esporádicas oportunidades sin gran relevancia. Con el transcurrir de los minutos los de José Bordalás buscaban arrebatar el protagonismo del encuentro basculando de forma ordenada con la pelota e intentando meter a su rival en campo propio, lo habitual durante la temporada. No obstante, el juego terminó dándose de una forma muy diferente a la que todos esperaban. El Sevilla consolidó una sólida defensa desde el principio y durante todo el partido, sin conceder absolutamente nada y saliendo al ataque con velocidad por los costados.

El Getafe sufrió durante todo el encuentro el planteamiento del equipo visitante, ya que sin poder generar ocasiones de gol, se encontró con un error en la salida desde el fondo, que el argentino Lucas Ocampos no desaprovechó y ponía la victoria parcial a pocos minutos del descanso.

Ya en la segunda mitad, evidentemente, se generaron muchos espacios debido a que el equipo local tenía la necesidad de ir a buscar el empate. Sin embargo, el Sevilla mostró una personalidad que muy pocos han podido tener durante la temporada ante este gran Getafe y no permitió ni un solo disparo entre los tres palos.

La estrategia de Lopetegui se dio a la perfección, con esa línea de tres en defensa y con la idea de saltar la gran presión que ejerce en todos sus partidos el Getafe. A partir de ahí el partido comenzaba a jugarse en la mitad de la cancha.  Los locales lo fueron perdiendo poco a poco sin poder generar su fútbol habitual ni ocasiones de ningún tipo. El conjunto andaluz jugó cómodamente durante toda la contienda, con firmeza y seguridad y sin sufrir en ningún momento.

Con el transcurrir del encuentro, el partido roto y sin respuestas efectivas por parte del Getafe, fueron apareciendo continuas y claras ocasiones para el Sevilla, con una gran verticalidad por los costados y enorme determinación en la profundidad de las jugadas.

Claramente, el resultado no se resume a una posible resaca tras el gran partido frente al Ajax durante la semana. Julen Lopetegui, al igual que en muchas otras ocasiones, ha podido plasmar una idea perfecta para el desarrollo de un partido como el de hoy. No cabe duda que el encuentro se resume al meritorio trabajo del entrenador español y al de los jugadores sevillistas, que hoy supieron lograr algo muy difícil en este deporte, la adaptación a la exigencia.