Siempre se ha dicho que como en casa en ningún lado, pero el Sevilla FC de Julen de Lopetegui no suscribe tal aforismo. Ganar en Nervión se ha convertido en un serio problema. Los números no mienten. En lo que va de 2020 la tropa de Lopetegui solo se ha impuesto a su rival en dos ocasiones, ambas en enero ante Granada CF en liga y Levante UD en la Copa del Rey. El mes de febrero se lo ha pasado en blanco y ha dejado mucha incertidumbre. 

Los hispalenses cerraron el mes más breve del año con un partido que bien pudo acabar en desgracia. El Cluj dejó retratado al de Sestao y a sus hombres. No cerraron el pase en la primera parte pese a todas las ocasiones y por tanto, dejaron a los rumanos con vida para la segunda parte. A tres minutos del final, el pentacampeón estuvo a punto de quedar apeado de su competición por un grave error de Bono, fruto de una 'desconexión'. No obstante, el VAR intercedió por el Sevilla.

El CA Osasuna de Jagoba Arrasate ha ido claramente de más a menos con la lesión del 'Chimy' Ávila. Con su delantero insignia, se hablaba de que podía pelear incluso por inmiscuirse en puestos europeos. No obstante, ante tan magno contratiempo lo que debe ocupar a los pamploneses es mantener el colchón de puntos que cosecharon en la primera vuelta para ni oler la quema. 

Se hizo todo bien

Con la sorpresa de Rony Lopes en el once saltaron los protagonistas al campo. La fase de tanteo entre ambos conjuntos fue breve, ya que Nervión disfrutó de la primera llegada de la matinal del domingo antes de alcanzar los diez minutos. Escudero, tras un robo de Oliver, finalizó una contra desde el balcón del área que Herrera despejó a saque de esquina. Tampoco tuvo que trascurrir mucho tiempo para presenciar el primer tanto, En-Nesyri consiguió su primer tanto en casa en un mano a mano, precedido también por otra presión de Oliver en el medio que tuvo su recompensa. Inmediata fue la respuesta de Osasuna, que con Oier a la cabeza trató de sorprender a Bono con una falta que no tuvo mayores consecuencias. 

Llegados a la media hora de partido, Nervión pudo venirse abajo cuando Navas, con un increíble pase de treinta metros, dejó solo a un Ocampos que no marcó gol por poco. Y justo antes del intermedio, posteriormente a una oportunidad de En-Nesyri antecedida de una buena incursión de Escudero por la izquierda, llegó el supuesto tanto de la 'calma'; Ocampos aumentó las distancias con los rojillos a la salida de un córner botado por Oliver, que por consiguiente obtenía su segunda asistencia del partido. 

Otra espantosa segunda mitad.

La vuelta de vestuarios se produjo con Osasuna intentando encerrar al Sevilla y así, meterse en el choque. A los cuatro minutos, José Arnáiz indujo miedo a Lopetegui con un chut desde la frontal que se fue por poco. En el cincuentaicuatro, el fútbol seguía sonriendo al Sevilla con la expulsión del cancerbero norteño, que tocó el esférico con la mano del área. 

¿Y quién le iba a decir al combinado andaluz que iba a perder su ventaja con tan favorables circunstancias? El fútbol, tan sabio como impredecible, volvió a castigar la relajación. En el sesentaitrés, Aridane insufló mediante el balón parado esperanza para los suyos. A los tres minutos, ya con música de viento, Osasuna inquietó nuevamente con una pelota que se paseó por el área de Bono. La sangría no cesaba y el Sevilla seguía concediendo, hasta el punto de dar un penalti más que discutible. Roberto Torres no dejó escapar la opción de establecer la igualada desde los once metros, las nubes que ya campaban por Nervión se ennegrecieron. El partido, con visos de finalizar en empate, dio la oportunidad de remediar la situación al Sevilla, al que se le apareció la divina providencia en el último minuto para hacer el tanto de la victoria, otra vez de la mano de En-Nesyri.

Así pues, los sevillistas volvieron a ganar en liga ante su gente y siguen metidos en Champions. Osasuna, pese a la derrota, se mantiene con una generosa renta.