Aún duele. Aquel 9 de abril del 2013 quedará para siempre en la historia de los aficionados blanquiazules como el partido de la injusticia, del robo sufrido jamás esperado por todos. El equipo malaguista afrontaba el partido de vuelta tras el 0-0 del partido de ida disputado en el Estadio de La Rosaleda y en aquellos momentos el equipo, liderado por jugadores como Toulalan, Joaquin, Eliseu e Isco, era la auténtica revelación en Europa jugando la eliminatoria de cuartos de final de la máxima competición europea.

En el Estadio Signal Iduna Park estuvieron presentes 2.500 malaguistas que confiaban en el acceso a semifinales. El equipo era admirado en Europa por la forma de afrontar los partidos en esta competición; era debutante y había acabado líder en la fase de grupo por delante del histórico AC Milán.

Foto: VAVEL
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En el minuto 90 los blanquiazules ganaban por 1-2, acariciaban la clasificación debido al resultado global de la eliminatoria y los locales se veían eliminados pero se vivió el descuento más amargo de la historia blanquiazul: los goles de Reus y Santana apartaron del sueño al equipo costasoleño. En el caso del tercer gol de los locales había fuera de juego previo por parte de hasta cuatro jugadores del equipo alemán. Todo el mundo lo vio pero que ni el árbitro ni los auxiliares se atrevieron a invalidar la jugada. Los jugadores no se lo creían, acabaron abatidos.

Todos los malaguistas desplazados, periodistas, aficionados desde sus casas y España entera quedaban atónitos ante lo que estaba aconteciendo. La rabia, crueldad, injusticia e impotencia se plasmaba sobre el terreno de juego mientras los locales celebraban la clasificación para semifinales. Era muy duro lo que había ocurrido.

Manuel Pellegrini, en sus declaraciones post partido, declaró que "no pudimos o no quisieron que pasáramos". El míster se sintió robado... mientras la afición blanquiazul tenía que aguantar el recochineo de Jürgen Klopp. 

En la actualidad, muchos aficionados no pueden hablar de este partido ni quieren volver a ver imagen alguna, se sienten que les robaron el sueño de vivir una gran semifinal. Algunos hablan de que el equipo fue inexperto en jugar esos minutos finales y saber jugar con el marcador a favor, debiendo defender con mayor rigor. La realidad es que se había defendido bienpero el árbitro no quiso pitar el doble fuera de juego previo al gol decisivo. Lo que es indudable es que los jugadores blanquiazules en aquel partido lucharon con todo lo que tenían hasta el final, que murieron por el escudo malaguista. Fueron nuestros héroes en los partidos disputados en esa edición de Champions League.

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