Hace exactamente 27 años, Mönchengladbach se convirtió en cuna del talento. Lo que empezó siendo una ilusión, se convirtió en un sueño fijado como meta y acabó convirtiéndose en una realidad. Con la ambición y la serenidad que hasta ahora le han respaldado bajo palos, Marc-André ter Stegen comenzó a despuntar desde muy joven como uno de los porteros más prometedores del continente europeo y copando todos los focos de atención dando el pistoletazo de salida en un camino de éxito por recorrer en el que el Fútbol Club Barcelona echaría sus redes para convertirle en lo que, a día de hoy, es en su esquema táctico: primera pieza de construcción del ataque que atesora una seguridad infinita. Y es que, decir que el alemán no es uno de los mejores porteros del momento es toda una calumnia, puesto que su soberbia bajo palos resulta ser transgresora hasta para el fortín de la Die Mannschaft, acechando el puesto que durante tanto tiempo ha ostentado uno de los pilares del Bayern de Múnich, Manuel Neuer.

Cuando su táctica recaló en el feudo azulgrana, Marc-André ter Stegen se vio obligado a reaccionar ante la titularidad de un Claudio Bravo que, finalmente, puso rumbo a Manchester bajo las directrices de Pep Guardiola. En ese momento, el alemán, con vía libre, se erigió como distribuidor del juego de un equipo que siempre ha mantenido una filosofía muy clara: juego asociativo, toque y despunte en ataque con referencias de cara a portería. Con las ideas muy claras y matriculado en persistencia, el alemán ha conseguido superar todos los baches que le han intentado derribar por un camino en el que ha puesto todo de su parte para ganarse el cariño de los aficionados azulgranas y levantar al graderío a base de ejecuciones sorprendentes bajo palos y a contrarreloj, llegándose a convertir en referencia y consolidándose en territorios tan irresistibles como el europeo.

 
Con tanta propuesta táctica, Marc-André ter Stegen ha conseguido colocarse a la cabeza de la lista de mejores porteros de la máxima categoría del fútbol español, protagonizando una lucha avivada con otro de los todoterrenos: Jan Oblak. Atrapando el esférico en dos tiempos, ha conseguido ejemplificar la figura del portero moderno que tanto se busca en cada mercado de fichajes. Y es que, sus características lo han convertido en trascendental en la faceta defensiva, pero también en la ofensiva, donde ya ha demostrado conectar a la perfección con algunos "pesos pesados" como Leo Messi, con quien puede llegar a entenderse con apenas levantar la cabeza. A él le basta con efectuar un disparo largo para driblar ficticiamente a toda una zaga defensiva y encontrar la oportunidad perfecta de sacar a relucir la ambición del equipo por el gol.

Bien es cierto que nunca es fácil ser de renombre en una portería en la que impera el hermetismo. Pese a ello, Marc-André ter Stegen se ha convertido en la seguridad que está afianzada en un equipo en el que él mismo marca los compases. Él es quien conoce a la perfección cuándo toca adquirir dotes defensivas y cómo puede reaccionar ante la presión alta de los equipos rivales que le hacen emerger del juego ofensivo para interpretar el defensivo.

Marc-André ter Stegen se ha convertido en muro y precisamente, no es el de Berlín. Es el de Barcelona. La prueba es que su rendimiento está dejando boquiabierto a un Camp Nou que ya pide a coros su renovación por haber sido y ser clave, habiéndose posicionado como infranqueable para los delanteros de los equipos rivales y completando a la perfección un puzzle en el que ha conseguido cuajar hasta una racha de imbatibilidad bajo las órdenes de Ernesto Valverde.

Hasta los antecedentes refuerzan lo inconquistables que pueden llegar a ser sus registros. Si echamos la vista atrás, únicamente un portero se ha mostrado tan efectivo bajo palos. Francisco Molina, que defendió los colores del Club Atlético de Madrid de la misma forma en la que lo está haciendo Marc con el Barcelona, recuerda tanto al alemán por su efectividad, que fue totalmente completa en la temporada 1995/96, cuando únicamente tuvo que recoger el balón de su red en cuatro ocasiones en los primeros trece partidos.

Desde que debutó el 10 de abril del 2011, en el partido de la 29ª jornada de la Bundesliga contra el Fútbol Club Colonia de Alemania (FC Köln), a Marc-André ter Stegen se le ha visto crecer en su faceta profesional. Con los reflejos imbatibles que tanto le han caracterizado y que impiden a los rivales salirse con la suya y batir a un equipo que intenta volver a cohesionarse sólidamente en lo que respecta a táctica y guiándose por su ambición por el Zamora, ha demostrado ser esencial para lo bueno y para lo malo, mientras abandera un proyecto en el que cada vez se da más protagonismo a la importancia del portero en la salida del balón, por más que eso signifique asumir riesgos.

Ahora, bajo la batuta de Quique Setién, sigue subido en una montaña rusa en la que con una evolución que va a toda velocidad, sigue inspirándose en Oliver Kahn, siguiendo sus pasos e imponiendo criterio a base de sus puntos fuertes, destacando su buen juego por lo alto, su agilidad y su destreza en el uno contra uno y sacando a la luz dotes de liderazgo impropias de alguien tan joven que ya apunta a ejercer con orgullo un papel trascendental en la capitanía.