La ausencia de fútbol no va a alejar de contenido a la parroquia amarilla. Para amenizar la espera, se ha decidido comenzar una 'miniserie' a modo de recopilatorio de los jugadores que han pertenecido al equipo filial y han gozado de oportunidades en la primera plantilla en la última década. Algunos de ellos han tenido una trayectoria recordada, sin embargo, hay muchos otros cuyo rastro no ha sido tan mediatizado. En el Capítulo I: Mateo Musacchio y Capítulo II: David Fuster.

Inicio argentino y llegada a España

Marco Rubén empezó a jugar en Rosario Central. En 2004 ascendió al primer equipo y firmó su primer contrato en lo más alto. Un sueño para él, pero no sabía lo que le esperaba.

Dos años después, uno de los gigantes argentinos, cómo es River Plate, llamó a su puerta para incorporarse a los millonarios y así lo hizo. El precio que se pagó fue de 3,8 millones de euros. El delantero firmaba por tres años, aunque al final con uno bastaría. El Villarreal llamó a su puerta y sin dudarlo cruzó el "charco" para llegar a España y seguir demostrando su fútbol. El conjunto amarillo pagó 4,8 millones de euros.

Sus números en el país sudamericano fueron buenos, en Rosario jugó un total de 52 partidos, siendo titular en prácticamente todos los partidos. En River Plate jugó 31 partidos y anotó siete goles repartiendo dos asistencias, números bastante buenos. 

En su llegada a España, su fútbol no tardó en brillar y el argentino maravilló a la afición grogueta, en los partidos amistosos. Su debut oficial tuvo que esperar, ya que se marchó cedido al Recreativo de Huelva. Ese año el "decano" consiguió la salvación anotando cuatro goles en 17 partidos. Al año siguiente no pudo lograr la salvación, y los andaluces descendieron a una Segunda División que sería un pozo para ellos. Fue un mal año a nivel personal para el delantero argentino, ya que en 34 partidos tan solo anotó tres goles, números bastante pobres. 

Maro Rubén celebrando un gol con la camiseta de Rosario | Fuente: Conmebol
Maro Rubén celebrando un gol con la camiseta de Rosario | Fuente: Conmebol

Volvió al conjunto de Castellón, pero ese año ese año estuvo en el filial, donde jugó 31 partidos, anotó 19 goles y no repartió ninguna asistencia. Ese año jugó en Segunda División, quedando en la sexta posición, pero no ascendieron, ya que el primer equipo estaba en Primera. Al año siguiente ya jugó con el primer equipo, donde le costó adaptarse, ya que salía de suplente y jugaba poco. Más adelante siguió desarrollándose y fue jugando poco a poco. Ese año el equipo se clasificó para Champions League

Al año siguiente, el equipo amarillo con Champions, Liga, Copa y posteriormente la Europa League (quedó tercero en su grupo y se fue a la segunda máxima competición europea), tuvo sus consecuencias y el equipo tuvo problemas en Liga y estuvo cerca del descenso todo el año, pero nunca cayó. Hasta en la última jornada ante el Atlético de Madrid que perdió y cayó al descenso. A nivel personal, empezó a jugar bastante más y eso derivó a que anotase más goles, hasta nueve goles anotó. 

Con el descenso, el se fue al Dinamo de Kiev por ocho millones de euros y cerraba una buena etapa en el Villarreal. 

Llegada a Ucrania con varias marchas 

Su llegada a Ucrania fue un poco extraña, ya que no contó con muchos minutos en la Liga Ucraniana, muchas veces fue desconvocado y otras tantas fue suplente. En total jugó 15 partidos y la mayoría salió del banquillo y tan solo anotó un gol. Entre que no jugó y que no anotó, casi fue un año bastante malo a nivel personal. 

Al año siguiente se fue cedido al Évian y empezó igual que en el país ucraniano, de los primeros 12 partidos jugó uno completo y el otro salió de suplente. Poco a poco fue contando con más minutos hasta jugar en total 29 partidos en toda la temporada entre Liga y las dos Copas. A nivel de goles no fue muy brillante, tan solo anotó un gol. 

Marco Rubén entrenandose con el Évian, equipo de Francia | Fuente: Web Oficial Évian
Marco Rubén entrenandose con el Évian, equipo de Francia | Fuente: Web Oficial Évian

Al año siguiente se fue a un nuevo equipo, esta vez a Tigres UNAL, un equipo de México. Tuvo una cesión corta, se fue en julio de 2014 y volvió a final del mismo año. Ese medio año, jugó 14 partidos y anotó un gol. Una cesión corta pero que tuvo su trabajo. 

Al inicio de 2015 se fue cedido a Rosario Central y estuvo todo el año. Desde su llegada, solo descansó un partido, todo los demás fue titular menos uno. Ese año, a nivel personal, anotó 21 goles, repartiendo además unas cuantas asistencias. Su vuelta a Rosario fue muy buena a nivel de números, tal fue su magnitud que el conjunto rosarino lo fichó para el año siguiente

Vuelta a Rosario y una cesión 

Su fichaje fue muy aclamado por la afición del conjunto, el precio que se pagó fue de 2,9 millones. En total, 121 partidos en tres años y anotando más de 30 goles en esa época. Estuvo desconvocado durante unos cuantos partidos debido a su cansancio. 

Tal era su compromiso con Rosario Central que durante varios partidos fue capitán del equipo, un orgullo para el que así lo manifestó, diciendo que era un auténtico honor para el representar a el equipo de sus amores. 

Marco Rubén celebrando un gol con Rosario | Fuente: CA Rosario Central
Marco Rubén celebrando un gol con Rosario | Fuente: CA Rosario Central

En total, en toda su época, jugó 158 partidos y anotó 68 goles, repartiendo cinco asistencias. Y en toda su carrera jugó 415 partidos anotando un total de 136 goles, una auténtica barbaridad. Actualmente aún sigue jugando en Rosario.

El año pasado se fue cedido al Atlético Paranaense, equipo brasileño de la Primera División brasileña. Jugó 31 partidos y anotó siete goles. 

Actualmente aún sigue jugando en Rosario, este año ha jugado siete partidos y ha anotado un gol hasta el parón por motivos obvios.