La última jornada de la temporada 2017-18 de Primera División fue un auténtico alivio para ambos conjuntos: tanto Espanyol como Athletic ponían fin a una campaña para olvidar. Los espanyolistas lo hacían, eso sí, con un mejor regusto, después de las buenas sensaciones transmitidas desde la llegada del interino David Gallego al banquillo. El entrenador catalán finalizaba su tarea inmaculada, sin conocer la derrota: tras el despido de Quique a falta de cinco partidos y después de una nefasta racha de resultados e imagen, el de Suria consiguió 4 victorias y un empate. El excelente trabajo realizado no le valió, no obstante, para continuar la temporada siguiente (Rubi fue su sustituto) pero sí para dirigir al equipo en el primer tramo de la presente tras la marcha de éste. Por su parte, en San Mamés se despedía el “Cuco” Ziganda dejando tras de sí un dato muy negativo, ya que el equipo finalizó en la 16ª posición en Liga y eliminado a las primeras de cambio en Europa y Copa del Rey. El conjunto vasco no quedaba en un puesto tan rezagado en LaLiga Santander desde la temporada 2006-07, siendo por lo tanto el segundo peor Athletic de su historia.

Así pues, el ambiente en el feudo rojiblanco se esperaba caldeado y a pesar del poco ambiente en las gradas (no se llegó a los 30.000 espectadores) los aficionados despidieron a los jugadores con pitos. Primero, la indiferencia durante la disputa del encuentro y tras el pitido del árbitro, la rabia y la indignación. Algo que recogió el propio Ziganda en rueda de prensa, donde resumió su despedida como “triste” y se sintió apesadumbrado por cómo se había desarrollado todo. Por lo que respetaba al fútbol, el duelo entre vascos y catalanes tuvo un protagonista único: el Espanyol lo dominó de principio a fin e incluso el resultado de 0-1 se quedó corto debido a las ocasiones de las que gozó el cuadro de Gallego. El gol de la victoria lo consiguió David López cabeceando un córner en la primera parte y logrando su primer y único tanto de la temporada.

El papel de ambos conjuntos en la 18-19 fue bien distinto, aunque un tanto turbulento para el Athletic: el Espanyol consiguió el pase europeo 13 años después de la mano de Rubi y los “leones” se quedaron a las puertas con Gaizka Garitano, quien sustituyó a Berizzo como míster a mitad de temporada y en puestos de descenso.