El Real Valladolid, tras las sesiones individuales que ha llevado a cabo cada jugador esta última semana, ha podido volver ya a entrenarse en grupo. Se hará en grupos de diez personas, entre los que no podrá existir ningún contacto ni intercambio de material, el cual se desinfecta tras cada sesión. Los grupos no podrán llegar a la vez y entrenarán en campos diferentes, haciendo uso del estadio y de los anexos, y dividiéndose en turnos. Sergio González ha estado al cargo de las sesiones llevadas a cabo en el José Zorrilla, y Diego Rivera de las de los anexos. Además, los fisioterapeutas de un grupo no podrán tratar a jugadores que no sean de ese grupo, y no se utilizarán los vestuarios por precaución, aunque sí que esté permitido. Los jugadores tendrán que llegar cambiados desde sus casas.

Cada persona pasa por una cabina de desinfección y se les toma la temperatura al llegar a las instalaciones, las cuales están siendo tratadas y desinfectadas.

En cuanto a la plantilla, que fue sometida a los test PCR, sin ningún positivo, hubo dos jugadores que dieron positivo en las pruebas serológicas: Óscar Plano y Matheus Fernandes. Ambos seguirán trabajando de manera individual en sus casas, donde estarán aislados, como indican las normas sanitarias de la Federación. El español tranquilizó a la afición a través de las redes sociales, asegurando que se encuentra bien y que espera poder volver pronto con el grupo.

Otro futbolista que está entrenando de manera individual es Pedro Porro. El lateral se tuvo que retirar del entrenamiento del pasado martes por unas molestias. El cuerpo médico ha determinado que tiene una lesión de grado uno en el recto anterior del cuádriceps izquierdo, lo que le mantendrán apartado unos diez días hasta que se recupere.