El conjunto amarillo comenzó ayer lunes su nueva semana de entrenamientos pero con un aliciente: el regreso de los entrenos con el grupo al completo tras una crisis que ha impedido que los futbolistas se entrenasen con normalidad estos últimos días. Ha sido un lunes muy diferente para ellos.
La jornada matutina comenzaba con una charla del entrenador Álvaro Cervera hacia sus jugadores donde se ha tratado la importancia de estas últimas once jornadas que faltan por disputarse y que son claves para el objetivo que quiere conseguir el Cádiz: el ansiado ascenso a Primera División. Mentalmente, los jugadores del Cádiz deben estar preparados para lo que se viene. Estuvo presente también el ejercicio físico nada más comenzar la sesión -algo muy importante para la salud de los jugadores después de este parón- pero la pelota toma protagonismo cada vez más sobre el césped del Rosal. La plantilla comienza a entrar ya de lleno en el trabajo táctico con balón, algo que es imprescindible para Cervera ya que el Cádiz trabaja muchos aspectos con y sin balón y que les permite sacar gran número de puntos como llevamos viendo esta temporada.
La disponibilidad de la plantilla continúa siendo alta ya que todos los jugadores -excepto Garrido- están a las órdenes del míster. El vasco sigue ejercitándose en solitario para recuperarse poco a poco de la lesión que arrastra pero el resto de sus compañeros sí que entrenan ya todos juntos y comparten los ejercicios.
Se prevé para la semana que viene un nuevo plantel de entrenamientos con sesiones a puertas cerradas. Estás se efectuarán el miércoles y el sábado en el estadio gaditano, el Ramón de Carranza, con el fin de que la plantilla pueda ir amoldándose a lo que será el nuevo ambiente que se respirará en los próximos partidos como local. Es una buena idea para que a los jugadores no les pille 'in fraganti' esta 'nueva normalidad' que, por desgracia, también se va a vivir en el mundo del fútbol y que tan solo permitirá a los aficionados de los equipos ver a sus jugadores por la televisión.