Tras una temporada anterior a la 16/17 más que complicada para los blancos pero en la que finalmente acabaron consiguiendo la primera Champions, de las tres consecutivas con bastantes dudas en el juego. Al año siguiente llegó la temporada de la consagración un equipo enflechado en liga y que cada vez que llegaban los martes o miércoles de Champions rodaba aún mejor.

El Real Madrid se plantó en la final Cardiff tras pasar por encima de Nápoles, Bayern de Múnich y Atlético de Madrid para medirse el 3 de junio de 2017 frente a la Juventus de Turín, que venía de ganarlo todo en Italia y que además solo recibió tres goles desde el inicio de fase de grupos hasta llegar a la final donde los de Zidane le endosaron cuatro.

Cardiff supuso un antes y un después

A los blancos se les achacó que tenían flor y la final de Cardiff fue un golpe sobre la mesa ya que se convirtieron en el primer equipo en ganar dos Copas de Europa consecutivas con el formato Champions.

El Real Madrid salió con su once de gala, de los cuales nueve de ellos siguen en la actual plantilla. Keylor Navas, Marcelo, Sergio Ramos, Varane, Carvajal; Casemiro, Modric, Kroos e Isco y arriba Benzema y el hombre de aquella Champions; Cristiano Ronaldo.

Y conquistaron Gales

Los blancos, aquel día de morado, cuajaron una de las mejores finales de los últimos años, pues el 4-4-2 de Zidane anuló a la Juventus que solo aguantó los primeros cuarenta y cinco minutos ya que la segunda parte fue una avalancha sobre la Vecchia Signora. Cristiano Ronaldo anotó a la primera de cambio ‘One shot y pum’ tras una asistencia de Carvajal, luego Mandzukic anotó el empate con una semichilena.

La segunda parte fue muy diferente, los jugadores de la Juventus comenzaron a seguir sombras y con el gol de Casemiro la balance empezó a caer de lado del Real Madrid. Mientras tanto Isco seguía haciendo un espectacular partido, volviendo loco a Dani Alves.

Los jugadores hicieron caso a Zidane y así llegaron los otros dos goles restantes, gracias a la estrategia del francés, que sugirió a los futbolistas en el descanso que jugaran con centros rasos al área. En el tercero, Modric la puso a media altura para que Cristiano la empujara y en el cuarto, Marco Asensio remató un balón raso tras una gran jugada de Marcelo. El resto es historia.