Javier Camuñas es un trotamundos del fútbol español. Sus inicios fueron en un pequeño equipo madrileño, el Atlético de Pinto, uno de los conjuntos más míticos del fútbol de la capital. Pronto se fijó en él el Rayo Vallecano para reforzar su filial, pero lo cedió a uno de sus vecinos, el Getafe B, para que se fuera fogueando como jugador de élite. Su debut en Primera División se produjo con el equipo de Vallecas ante el Alavés, en la primera jornada de LaLiga 2002/2003. Tras una temporada llena de cambios de entrenador en el banquillo franjirrojo, como es normal en estos casos acabaron últimos, lo que conllevó su descenso a Segunda División.

Tras varias temporadas en la categoría de plata del fútbol español, su regreso al fútbol de máximo nivel fue de manos del Recreativo de Huelva. Con el conjunto andaluz tuvo sus dos mejores años a nivel goleador, ya que consiguió 10 y 5 goles respectivamente. A pesar de su buen rendimiento, no pudo evitar que en su segundo año el equipo cayera en descenso y empezara el camino a los infiernos que sigue viviendo “El Decano”.

Esta situación la aprovechó Osasuna para hacerse con sus servicios. Tras los fichajes de Aranda y Calleja, José Antonio Camacho decidió seguir reforzando su ataque con la contratación de Camuñas. En Pamplona el centrocampista madrileño tuvo dos años de un gran fútbol, siendo decisivo en los partidos más importantes para asegurar la salvación de los rojillos. Nada más llegar ya se hizo con la vitola de titular indiscutible y se convirtió en uno de los jugadores favoritos de El Sadar. Su buen hacer en los terrenos de juego llamó la atención del Villarreal, que en el verano de 2011 pagó 2,3 millones por él para reforzar su fondo de armario.

Actualmente Camuñas ya ha colgado las botas. Tras un año en el Deportivo de La Coruña en el que acabó con otro descenso, con 32 años decidió que era hora de dejar el fútbol y desde ese momento no se sabe nada de su vida pública.