Volvía la Liga para el Real Madrid y lo hizo con tres puntos vitales para seguir en la pelea por el título. No había tiempo para adaptarse a esta situación tan extraña jugando en el Alfredo di Stéfano y sin público. La victoria del Barcelona exigía una respuesta rápida y contundente, sin ningún tipo de excusas. Así lo hizo el conjunto blanco que dejó sentenciado el partido en la primera mitad con un contundente 3-0.

Volvió la pegada 

Esta nueva normalidad trajo consigo algo que hasta el momento en el que se detuvo la temporada apenas se había visto, la tan famosa y recurrida pegada del Real Madrid. En tres minutos, en el primer disparo a puerta, el equipo de Zidane ya se puso por delante en el marcador gracias a un gol de los que solo Toni Kroos sabe hacer. Como si de un putt de golf se tratara, recogió un balón suelto en la frontal del área para ponerla al palo largo casi sin esfuerzo. Precisión alemana al servicio del Real Madrid.

En otra jugada aislada llegó el segundo tras un contragolpe letal comandado por un imperial Sergio Ramos. El central andaluz cortó un balón en defensa y salió de la cueva con un arranque espectacular hasta llegar al área rival para hacer el gol. Una demostración de poderío y jerarquía a la altura de un central de leyenda.

Pocos minutos después, llegaría el tercero. El conjunto blanco, sin hacer un juego nada vistoso, ya iba con tres goles de ventaja. El Eibar pobló el centro del campo y la posesión madridista era estéril. Sin embargo, cada vez que pasaba de la línea del medio, el peligro era inminente. La pegada madridista vuelve cuando más falta hace. 

Benzema-Hazard, conexión mágica

Lo que también volvió fue la maravillosa asociación que forman Karim Benzema y Eden Hazard. El francés volvió a contar con el mejor socio posible para hacer esas combinaciones que tan solo los genios como Benzema entienden. El segundo y el tercer tanto nacen de esa unión entre ambos.

El 9 blanco dio una clase magistral sobre los llamados "intangibles". En las estadísticas no saldrá ninguna asistencia ni gol del francés, pero en todos los tantos participó y en el segundo y tercero fue el hombre decisivo de la jugada, el que abrió la puerta que llevaba al gol. Parece que en la cuarentena no ha perdido ni un ápice de la magia que atesora en sus botas.

Por si no fuera suficiente, la vuelta de Hazard ha sido toda una bendición para el Real Madrid. El belga retornó por todo lo alto con una asistencia y dándole esa creatividad y desborde que tanta falta hacía en el ataque blanco. Con Eden a este nivel, ganar títulos será mucho más fácil. Benzema ya nunca volverá a sentirse solo e incomprendido, su socio ha vuelto.

Una segunda parte para dormir

Con el partido ya sentenciado al descanso, los de Zidane salieron en la segunda mitad a sestear. Es cierto que quizá la relajación fue excesiva, pero la tentación era muy grande. En esta mini temporada, con una acumulación de partidos exagerada, es lógico que los jugadores vean ideal descansar en cuanto puedan. 

Puede ser incluso una de las claves para hacerse con el campeonato. Dosificar los esfuerzos y guardar energías para un siguiente partido a disputar apenas 72 horas después, va a ser fundamental. Si el equipo puede dejar el partido sentenciado en 45 minutos, el futbolista va a ver los siguientes como una oportunidad perfecta para ahorrar esfuerzos. Sin embargo, ante equipos que aprietan y muerden como el Eibar, puede ser un riesgo excesivo.