Rubi está viviendo una situación muy complicada en Sevilla. Su constante tira y afloja con la destitución es cada vez más insoportable para los aficionados béticos que le quieren ver fuera del Villamarín. A pesar de estos números tan nefastos comos entrenador del Betis con 34 puntos en 29 jornadas, está igualando sus cifras como técnico periquito. Hace un año su situación era parecida en Barcelona, con 34 unidades, el Espanyol se situaba en decimocuarta posición, a seis puntos del descenso.

Este año la situación es similar. La única diferencia es que Rubi ha ganado un partido menos y ha empatado tres más como entrenador del Betis. A nueve puntos del descenso y a diez sobre Europa, los verdiblancos se encuentran en decimotercera posición, en tierra de nadie. Una situación desoladora para un club y una plantilla que pueden optar a mucho más. La gestión del técnico de sus jugadores no ha sido la mejor. No ha sido capaz de solucionar los errores defensivos que llevan presentes toda la temporada, y eso le ha salido muy caro a un equipo que tendría que estar peleando por puestos europeos.

El año pasado a estas alturas comenzó la remontada de Rubi como entrenador del Espanyol. Con 19 puntos de 27 posibles consiguió meter a los periquitos en Europa, y eso fue lo que llamó la atención de la entidad bética para su posterior fichaje. El catalán consiguió dar con la tecla, y fue capaz de revertir una situación muy complicada hasta llevar a su equipo a posiciones europeas con un final de temporada intratable. Una vez más demostrando que tiene siete vidas este técnico.

El crédito se le acaba 

En Heliópolis esperan que protagonice una remontada similar, aunque la situación no invita a pensar que sea posible. De hecho muchos aseguran que en San Mamés será su último partido, sea cual sea el resultado. Un ambiente enrarecido el que se vive en el Villamarín, lo que dificulta mucho que se repita una gesta parecida.

El hecho de vivir en un constante ultimátum no tiene que ser fácil para un entrenador, y más cuando se trata de un club exigente como el Betis. A pesar de que Rubi insiste en que una victoria cambiaría la dinámica del equipo, parece muy difícil pensar que puedan encadenar unas cuantos triunfos seguidos que le metan de lleno en la lucha por Europa. Los constantes problemas defensivos y el nerviosismo en los jugadores por la situación, hacen que sea casi imposible la remontada, y la temporada va camino de ser una decepción.

La esperanza es lo último que se pierde, y los béticos se agarran a un calendario asequible para el Betis para ilusionarse y pensar que esto no se ha acabado. Quedan 27 puntos en juego, y aunque sea casi imposible, los verdiblancos lucharán hasta el final por sus objetivos.