El Real Valladolid había vuelto muy bien tras el parón. No tanto en cuanto a resultados, pero sí en cuanto a juego y a la manera en la que compite. Contra el Sevilla no se quedó atrás, solo un riguroso penalti les privó de la victoria.

La formación de Sergio funcionó

Sergio planteó un 4231 con un once poco habitual: Masip en portería, Antoñito entró en el lateral derecho para dar más profundidad al equipo. La pareja de centrales la formaron Kiko Olivas y Javi Sánchez, ambos estuvieron a un gran nivel en cuanto a salida de balón y contundencia defensiva. El lateral izquierdo lo ocupó Raúl Carnero para parar las cometidas de Navas y Ocampos por la banda más peligrosa del Sevilla.

El doble pivote pucelano lo formaron Fede San Emeterio y Míchel. Uno orientado a labores defensivas y el otro a llevar el equipo hacia delante. Las bandas las ocuparon Waldo y Hervías, dos hombres rápidos y muy verticales, a los que no les da miedo encarar. Sería la primera vez que veríamos a Hatem Ben Arfa como titular en el Valladolid. El francés actuaría en la mediapunta para enlazar con el delantero y estar cerca del área. Como delantero estrenaría titularidad el canterano Miguel. Con el 29 a la espalda su función era la de "pegarse" con los corpulentos centrales del Sevilla y bajar balones. 

Las claves del gran partido del Valladolid

El objetivo era competir como el día del Atlético. Y eso se hizo incluso mejor. El Pucela salió a plantar cara de tú a tú al cuarto clasificado de la Liga. Esto le pudo pasar factura porque hubo momentos en los que faltó contundencia en la defensa, y con eso llegaron las ocasiones hispalenses.

La clave del juego pucelano fueron las bandas, Antoñito y Hervías por la derecha hicieron constantes dos contra uno a Escudero y Waldo por la izquierda causó estragos en toda la defensa. Otro aspecto a tener en cuenta fue el buen tacto de Míchel con el balón, así llegó el gol, de un centro suyo a la cabeza de Olivas. A esto hay que sumarle  la buena salida de balón de los centrales pucelanos, la figura de Ben Arfa abriendo espacios al bajar a recibir y moverse entre los mediocentros y la línea defensiva, y la de Miguel fijando centrales y peleando todos los balones.

El conjunto de estas labores genera lo que pasó en el encuentro. Un Pucela muy ancho en ataque y muy junto en defensa. Con los cinco cambios de Sergio el equipo siguió funcionando. El Valladolid acabó el partido con dos ocasiones muy claras en las botas de Alcaraz y Unal.

Este partido ha demostrado que si quiere el equipo puede jugar de otras maneras más dañinas para las defensas rivales. Sin embargo, esto es algo que no se puede hacer en todos los partidos, y eso lo sabe muy bien Sergio. Cuando hay que centrarse en defender el plan sale bien y cuando hay que ser valiente también. No hay mucha diferencia entre titulares y suplentes, incluso se podría decir que la supuesta "segunda línea" compite mejor que la primera.  El mérito que tiene esta temporada es ese: tener a todos enchufados, casos como el de Miguel, el de Waldo o el de Javi Sánchez lo demuestran. Los tres a gran nivel en los partidos que han jugado desde que se volvió a la competición.